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En azul y blanco, HUGO CESAR RENÉS


Día de la Bandera

“Las palabras deben sentirse en lo que son, en lo que dicen. Cuando las palabras se vacían de su sentido, se prostituyen". (General Manuel Belgrano)

Lo mismo pasa con nuestros símbolos. Cuando significan demasiadas cosas o se usan para demasiados fines, terminan por no significar nada. A veces es la bandera, a veces las entusiastas exclamaciones de nuestro himno, a veces el Preámbulo de nuestra vieja Constitución, en ocasiones el escudo de la patria – más reservado a los usos del poder-, casi siempre la módica escarapela, han conocido de gloria y abusos, de malversaciones y de invocaciones vanas. Pero de todos ellos, ninguno ha sido tan maltratado como la bandera a la que pareciera que vamos desprendiendo la nobleza que tuvo en sus orígenes, cuando fue enarbolada por primera vez.

Supo decir el General Manuel Belgrano: "Nuestra sangre derramaremos por esta Bandera", y agregó en la celebración de aquel 25 de mayo de 1812: "No es dable a mi pluma pintar el decoro y el respeto de estos actos, el gozo del pueblo, la alegría del soldado, ni los efectos que palpablemente he notado en todas las clases del estado, testigos de ellos: solo puedo decir que la patria tiene hijos que sin duda sostendrán por todos los medios y modos su causa y que primero perecerán que ver usurpados sus derechos"...

En aquellos tiempos el pueblo ofreció su sangre y su inmolación a cambio de la vigencia de su libertad. Eran tiempos violentos, de leva y contribución forzosa, de requisa de bienes, de estrecheces; de triunfos, de traiciones y de heroísmo como hoy.

Por ello les pido a todos que nos hermanemos una vez más en nuestra enseña patria, levantémosla en nuestros corazones para saludarla en su noble simplicidad y en su futura y portentosa grandeza y pidámosle, este 20 de junio, que calme las pasiones rencorosas, que haga brotar bajo su sombra la virtud del patriotismo y que conduzca a nuestro pueblo por la paz, por el honor, por la libertad laboriosa, hasta ponerlo en posesión de sus destinos, que le fueron prometidos por el general Belgrano al desplegarla en su nacimiento.

Evoquemos en esta fecha no solo al creador de nuestra gloriosa bandera sino, también, a todos aquellos hombres que murieron por la gloria de nuestra patria e invocaron al patriotismo para inspirar a un pueblo a defender sus derechos y sus glorias.


ORACIÓN A LA BANDERA


“BANDERA DE LA PATRIA, CELESTE Y BLANCA, SÍMBOLO DE UNIÓN Y FUERZA CON QUE NUESTROS PADRES NOS DIERON INDEPENDENCIA Y LIBERTAD; GUÍA DE LA VICTORIA EN LA GUERRA, Y DEL TRABAJO Y LA CULTURA EN LA PAZ, VÍNCULO SAGRADO E INDISOLUBLE ENTRE GENERACIONES PASADAS, PRESENTES Y FUTURAS; JUREMOS DEFENDERLA HASTA MORIR, ANTES QUE VERLA HUMILLADA. ¡QUÉ FLOTE CON HONOR Y GLORIA AL FRENTE DE NUESTRAS FORTALEZAS, EJÉRCITOS Y BUQUES, Y EN TODO TIEMPO Y LUGAR DE LA TIERRA DONDE ELLOS LA CONDUJERAN; QUE A SU SOMBRA LA NACIÓN ARGENTINA ACRECIENTE SU GRANDEZA POR SIGLOS Y SIGLOS, Y SEA PARA TODOS LOS HOMBRES MENSAJE DE LIBERTAD, SIGNO DE CIVILIZACIÓN Y GARANTÍA DE JUSTICIA!”.

Joaquín V. Gonzalez (9 de julio de 1810).

1 comentario:

Miriam dijo...

Excelente!!! Muchas gracias!

Dientileche, el País de los Niños