Servicio de búsqueda personalizada

Búsqueda personalizada

Seguidores

¿Qué significa ser "vegano"?


Cada día habría mayores razones de peso para darle todo el peso a la razón a llevar una vida vegana.
¿Pero qué es el veganismo? ¿Una frikada? ¿El comportamiento elitista de algunos pocos con ideas sectarias? ¿Qué pensamos hace un vegano? ¿Masticar lechuga todo el día? ¿Se dedica a boicotear a los que explotan animales o a aquellos que comen carne? ¿Es un tipo que busca distinción a través de un comportamiento ecologista?

Estoy de acuerdo de que entre los que llevan una vida vegana están aquellos que obran según lo cuestionado. No queriendo recordar que también ellos una vez lo habían hecho, el asunto de comer carne, y lo demás, de la otra manera. Y entonces pasa como el que deja de fumar y luego va moralizando a todos los fumadores al alcance… Me los he encontrado. Si. Hay extremistas entre los activistas que atacan y combaten a todos aquellos que no son como ellos, mediante la imposición de su ética. Llaman asesinos a los que cortan el filete en su plato. Y la emprenden con violencia contra los que oprimen las gallinas en los ponederos.

Pero seamos racionales y justos: esa no es la manera de informar a aquellos que aun no han comprendido el verdadero significado, utilidad y provecho de llevar una vida vegana.
¿Qué significa entonces? Tan sencillo como no comer, no matar, no consumir animales explotados y sin explotar. Tanto en la alimentación como en el uso de productos, cosméticos o zapatos. El vegano sensible, amable con la naturaleza, con su prójimo y en amor a la vida tanto animal como humana o vegetal comienza por la tolerancia y el respeto. Uno/a se hace vegana por convicción y no por imposición. Ante argumentos sólidos y no inventados o fanáticos.

¿Qué es lo que me hizo cambiar a mí? La compasión. Todo comenzó por esa simple palabra. Y de todo ello quisiera hablaros en el programa de radio el sábado.

Desde siempre comprendí la injusticia que el hombre cometía al tomar a los animales como simples productos sirvientes o proveedores en su beneficio. Pero el 90% de esos que comen y explotan a animales lo hacen por ignorancia o desconocimiento.

Me enseñaron en mi casa de niña: hay que tratar con más afecto y dedicación a los débiles, a los niños, ancianos e impedidos, a los enfermos o con deficiencias mentales. Pero a la vez me preguntaba, ¿los animales no entraban entonces en esas categorías? ¿No dependían en cierto modo, al tener razonamientos distintos al hombre, en medida de éste cuando tomaba el mundo como especie dominante? Y comencé a razonar las atrocidades que veía. Mi padre me hablaba de amor al prójimo, del ideal en la naturaleza, pero le veía despellejando a los conejos para comerlos. Los mismos conejos que antes habíamos acariciado y alimentado. En efecto, me decía entonces, había que proteger a los más débiles. ..

A menudo, por llevar esta vida que llevo, no comiendo carne, no consumiendo nada de animales explotados, me encuentro con graves dificultades, teniendo que ocultar mi manera particular de cuidar del mundo. Es peliagudo comer fuera. La mayoría de las personas no son veganas y entonces te creen enferma o chalada. Y los escuchas decir “Niña, te vas a enfermar” “los animales también se comen los unos a los otros” “sin la carne morirás” o “¿qué vas a cambiar con no comer tu carne?” seguido de un largo etcétera de comentarios similares. Las mismas preguntas que yo también me hacía, aunque nunca me haya tirado la carne, al comprender muy pronto que el conejito y la gallina también sentían, como yo, dolor, además de aprecio por la vida.

Esas preguntas que los demás se hacen cuando hablo acerca de que el veganismo es la solución futura para alimentar a la superpoblación que nos espera, que enmendaría el hambre mundial y podría fomentar a la convivencia pacífica entre especies, que impulsa nuestra longevividad y salud, son los argumentos que me gustaría usar este sábado en la radio.

Los grandes simios están muriendo. Entre tanto, millones de animales son engordados y sacrificados cruelmente como mercancía. Estamos cometiendo un genocidio y acabando con todo. El orangután dentro de cinco años habrá desaparecido. Ellos también entierran a sus muertos. Ellos también razonan. Los cerdos ibéricos también lo hacen…Todos los animales lo hacen. Sólo nos distingue un 1% del genoma de las dos especies anteriormente citadas. Incluso podemos intercambiar transfusiones con ambas especies e intercambiar órganos.

Me pregunto, ¿para qué reaccionamos así de agresivamente, así de cruelmente (la crueldad empieza con la inocente inconsciencia al comprar el trozo más jugoso de lomo en el supermercado)?
Quizás nos asuste enfrentarnos a nuestra animalidad cuando de verdad vemos la humanidad en aquellos que nos comemos. ¡A los animales que no acariciamos, los catalogamos o peligrosos o comida! ¿No es paradójico? 

Estamos causando la total catástrofe ecológica en amparo de mentiras: los animales están para servirnos y el hombre es carnívoro/omnívoro. La carne de los animales está para uso y disfrute del hombre, porque es una especie superior. El hombre no puede vivir sin consumir carnes. Un calco, con todo, de la mostrenca obstinación que halló Darwin cuándo osó publicar “El origen de las especies” hace tan sólo 150 años.

Os explicaré encantada lo de nuestro intestino largo. ..Lo de nuestras muelas. ..Y qué somos y qué son los animales en realidad. 

Y que conste que no soy una activista de esas que se preocupan más por los “bichos” que por las personas, ¡nada más lejos!, lo hago por ambos.

¿Por qué nos da tanto miedo el cambio? ¿Qué dirán nuestros descendientes cuando un día (espero no tan lejano) miren con incredulidad y terror nuestra forma de haber tratado a unos semejantes, de la misma manera que hoy y no hace cien años, miramos con horror la esclavitud?

Me gustaría hablaros de todo esto, desde la empatía, invitaros a comprender con una sensata y constructiva apuesta ese compromiso colectivo.

Estoy encantada con Mila Estelaoriente de Radio Cunit. Ella no tan sólo es una gran y profesionalísima locutora de radio (una de tantas facetas que ella tiene), sino que me brindará la oportunidad de hablar, además de que a su vez estaría bien que Mila se uniera como interlocutora con el tema en cuestión, pues ella es gran defensora de los animales, además de activista. Gracias a ella, se está movilizando el tema de los gatos abandonados a su suerte en las calles. Quiero felicitarla desde este escrito y desde lo más hondo de mi corazón por su labor y por darme la oportunidad de hablar a favor de ésta causa. Y me gustaría pedirle que deje el teléfono de la radio abierto, para que todo oyente que desee intervenir y exponer sus razones a favor o en contra a su modo de ver, pueda intervenir. 

Siempre es positivo un debate, un intercambio de opiniones y razones. Y estaría genial que el programa de radio transcurriera de ese modo…

Atentamente,
Claudia Bürk
29/06/14
Claudia Bürk © (Writer/Novelist)

http://www.paginatres.es/claudiaburk.html

---
http://elportaldeolgaydaniel.blogspot.com.ar/

No hay comentarios:

Dientileche, el País de los Niños