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EL MEJOR REGALO: PAZ Y ARMONÍA - Por Eduardo Juan Salleras


Agradezco mucho todos los saludos de mis compañeros de colegio, de mis amigos de ahora y de antes y no nos olvidemos que cumplir años es un tiempo que se va pero también uno que comienza, como el día, como todos los días… por ello, éste debe ser especial.

Hoy es un día festivo
EL MEJOR REGALO: PAZ Y ARMONÍA
Por Eduardo Juan Salleras, 31 de mayo de 2013.-
Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

Hoy 31 de mayo, como todos los 31 de mayo, cumplo años, y esta vez no va a ser distinto, en cumplimiento y en festejo. Por lo tanto, como siempre, desde el desayuno hasta las 24 horas, no más -no doy más - se van sucediendo pequeños eventos y saludos.

En el último tiempo me están sucediendo algunas cosas especiales, que vienen desde mi niñez y juventud: el rencuentro, entre tantos, con mis queridos compañeros de colegio, de 1er grado hasta 4º año, donde la tolerancia llegó a su fin y me echaron (no mis compañeros). De todas formas, 11 años compartiendo el aula, el patio, las clases, los recreos, y un montón de vivencias maravillosas.

Hoy nos vemos, nos hablamos, nos escribimos; somos como 80 dando vueltas, atentos unos de otros, siendo hoy, tal vez, mejores compañeros que antes.

Pero, también aparecieron viejos amigos y amigas, con los que viví grandes momentos en la adolescencia, desde partidos de rugby, fiestas, trasnochadas y demás.

Es como un volver a vivir que me hace sentir bien porque no hay nada como tener amigos. El mismo efecto uno debe lograrlo a nivel familiar. Esa desafortunada frase que dice: “los amigos se eligen, la familia no”, son para casos especiales que también se dan con malas experiencias en amistades fallidas, que seguramente todos tenemos alguna para contar.

Ser querido y respetado, es la cuestión, son dos condiciones fundamentales para el desarrollo personal. Querido por lo que uno es o puede dar como individuo y no por lo que uno tiene o por lo que a uno le pueden sacar materialmente. Respetado y no temido, como respetable sin ser venerado y mucho menos temible.

Es el efecto que busco en mi vida.

Hoy es un día de regalos y saludos, de los que se acuerdan y pretenden mostrarme su cortesía. Me quedo con la certeza que hoy pensaron en mí.

Los regalos son un caso aparte, porque muchas veces denuncian lo que la gente ve de uno, o lo que quiere que sea o haga, en este caso, yo. Incluso vestirme, hacerme leer: “qué quieren que lea”; qué música escuchar; cómo debo oler…

Los saludos también muestran sus variantes, desde las palabras utilizadas, los aumentativos o diminutivos, los acentos, etc. En todo ello se leen distintas versiones sobre lo qué ven demás de mí.

Pero hoy, créanme, el mejor de los regalos que puedo recibir, es paz.

No porque no lo tenga: la tengo, es porque yo no la puedo dar. No me sobra demasiado y lo que necesita la sociedad, es mucha.

En un mundo donde el violento predica sobre comprensión y tolerancia…

… donde, el corrupto habla de justicia social…

… el mentiroso, nos enseña “su verdad”…

… el juez, desconoce las leyes de la ciudadanía…

… los representantes del pueblo atentan contra él…

… donde Robín Hood roba a los ricos y a los pobres…

Hace falta mucha paz y armonía… Ese sería hoy el mejor de los regalos.

Lograr vivir en una comunidad de concordia, de fraternidad, porque en una familia no son todos iguales o piensan como tales, pero buscan lo mejor para el otro, intentando permanecer en consonancia, logrando conciliación en las diferencias – que siempre las hay - , como en un concierto de una gran orquesta: todos ejecutan distintos instrumentos, muy diferentes entre sí, que llevan años de estudio cada cual en su escuela, pero todos hacen sonar la misma música, quizás, la más maravillosa de las melodías.

¡Qué bueno es cuando uno llega a un lugar y lo reciben con cordialidad, con simpatía… cariño o afecto!

¡Ojalá! Alcancemos la calma, porque también es estabilidad y equilibrio (¿cuánta falta nos hace no?).

Como una sombra en verano, o un reparo con sol en inverno; como el abrazo del ser querido en esos momentos precisos, o la alegría de la familia; necesito ver a la sociedad en reposo, con orden… tranquila.

Estoy festejando mi cumpleaños muy contento, agradecido de los saludos y regalos, porque de una forma u otra, me hicieron sentir querido y respetado.

Sobre todas las cosas, me sentí en paz y armonía.

Gracias, muchas gracias.

EJS
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http://salasdevideoconferenciasolgaydaniel.blogspot.com.ar/

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