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Cortázar, Bestiario, conejos y carnaval



Bestiario es el título del primer libro de cuentos del autor argentino Julio Cortázar, publicado en 1951. Es la primera obra en la que Cortázar dice sentirse "seguro de lo que quería decir". Según el propio autor, varios de los cuentos de Bestiario fueron autoterapias de tipo psicoanalítico. "Yo escribí esos cuentos sintiendo síntomas neuróticos que me molestaban.", dijo también al referirse al mismo.
Los conejos de uno de los cuentos - "Carta a una señora en París" - crean una comunidad en carnaval, generada por el propio protagonista. Conforme con las funciones del grotesco carnavalesco que detalla Bajtin, los conejos quiebran el orden del departamento y del mundo.
Tal carnaval:
...ilumina la osadía inventiva, permite asociar elementos heterogéneos, aproximar lo que está lejano, ayuda a librarse de ideas convencionales sobre el mundo, y de elementos banales y habituales; permite mirar con nuevos ojos el universo, comprender hasta que punto lo existente es relativo, y, en consecuencia permite comprender la posibilidad de un orden distinto del mundo. (Bajtin, p. 37)
Los conejos corrompen el tiempo, cambiando el día por la noche. Inventan su propio espacio, un espacio lúdico fuera de las reglas de la sociedad y la modernidad. Crean un mundo nuevo, un mundo interior, bajo el triple sol de la lámpara. Introducen el desorden del juego, un jugar agresivo que destruye los objetos que signan la cultura. El pobre protagonista no puede descansar ni mucho menos sentarse para continuar su trabajo de intelectual.
Entonces, henos aquí ante este póker de ideas aparentemente disímiles que vamos a intentar ajustar de alguna manera para jugar una mano casi imperdible. ¿Será lícito hacerlo? Cortázar seguramente lo hubiera hecho también, de cruzarse con una idea tan desafiante. Lo hubiera hecho, sin duda. Mucho mejor, también sin duda.
Basta de rodeos y penetremos este pastizal que nos espera con abrojos, insectos y barro.
Cortázar no requiere explicación. Es el basamento de este proyecto justificado - o injustiicado - por la cercana presencia de un nuevo carnaval. Bestiario surge como elemento que puede considerarse válido, quizá no por lo que tiene que ver con el tema sino por lo que todo el resto de su obra no tiene que ver con él. Y en la fuente que cito al pie, alguien más ha establecido la relación entre los conejos del cuento con una especie de carnaval. Ahora hagamos de críticos reflexivos - que no logramos crear literatura de bien por más que lo intentamos - analizando la obra de quienes sí han sabido hacerlo. Con su permiso o sí él.
Y releo el texto pero no pensando en Cortazar, en Bestiario ni en conejos sino simplemente en ese fenómeno psicosocial conocido como "carnaval". Vamos lentamente, intentando evitar abrojos, insector y barro.
Dice Bajtín que tal carnaval:
- ilumina la osadía inventiva,
- permite asociar elementos heterogéneos, aproximar lo que está lejano,
- ayuda a librarse de ideas convencionales sobre el mundo, y de elementos banales y habituales;
- permite mirar con nuevos ojos el universo, comprender hasta que punto lo existente es relativo, y, en consecuencia permite comprender la posibilidad de un orden distinto del mundo. (Bajtin, p. 37)
¿Encontró la similitud que yo encuentro obvia?
Sigue Bajtin dicendo que "Los conejos corrompen el tiempo, cambiando el día por la noche. Inventan su propio espacio, un espacio lúdico fuera de las reglas de la sociedad y la modernidad. Crean un mundo nuevo, un mundo interior, bajo el triple sol de la lámpara. Introducen el desorden del juego, un jugar agresivo que destruye los objetos que signan la cultura. El pobre protagonista no puede descansar ni mucho menos sentarse para continuar su trabajo de intelectual."
Aquí no puedo ser tan "sic en el original" pero comenzaré cambiando los conejos por usted o por mí. Porque en carnaval:
- corrompemos el tiempo,
- cambiamos el día por la noche,
- inventamos nuestro propio espacio lúdico fuera de las reglas,
- creamos un mundo nuevo, un mundo interior, bajo las luces de un corso o de un espacio de baile,
- introducimos el desorden del juego, haciéndolo agresivo y anticultural (o representante de una cultura opuesta a la tradicional).
Pero no comparto lo de "pobre protagonista" pues no lo es si ha elegido ser parte de ese carnaval, ni pretende descansar ni continuar la habitualidad de su trabajo. Si su opción ha sido ser parte de esta fiesta precursora del duelo de alguna Semana Santa, y así hará su pequeño aporte permitido a los demonios contra los que luchará ardorosamente el resto del año, entonces Dios - quizá - verá que eso es bueno. Y Cortázar, por encima de sus defensores más julistas que Julio, también.

Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Argentina
24 de Enero de 2011
(pocos días antes de un nuevo carnaval)

Fuente: http://www.juliocortazar.com.ar/cuentos/animal.htm

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