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La Zanja de Alsina

Planos de la Zanja de Alsina

Hubieron dos campañas al desierto: la primera comandada por Juan Manuel de Rosas y la segunda, la más genocida, bajo el mando de Julio Argentino Roca.

La campaña roquista llegó hasta el margen del Río Negro. No se sabe bien cuántos indígenas exterminaron, quizá unos 50.000, y destruyeron también muchos asentamientos de los mismos. El tema eran los malones denunciados por campesinos de esa zona que por ese motivo, causa de su pérdida de animales, se iban alejando de la frontera con los indígenas, planteada al final de la primera campaña.

En 1876, o quizá unos meses antes, el ministro de Guerra de Avellaneda, Adolfo Alsina, ideó un plan que consistia en cavar una zanja de 3 metros de ancho y 2 de profundidad a lo largo de esa frontera "de hecho" para obstaculizar que los "indios" arrearan ganado a través de ella , ya que ni las vacas, ni los cerdos, ni las ovejas, podían saltarla. El plan iba acompañado de un sistema de casillas de vigilancia y control de la frontera a cargo de una nueva fuerza creada específicamente para eso y de la construccion de pueblos en la frontera que aportaran hombres y recursos para el control de la zanja.

Esta estrategia, por más tonta que parezca hoy día ya que se resuelve haciendo un puente por encima de la zanja en sus época tuvo bastante éxito porque los indígenas no tenían como fabricar uno que soportara el peso de los animales.

Pero Roca no quería mantener a los originarios del otro lado de una frontera. Lo que pretendía era eliminarlos, lo que concretó con más que violentos métodos apenas un par de años después. Y cuando lo hizo ya no habían malones que lo justificaran pero el rendimiento político que logró Roca lo transformó en un héroe que en 1880 ganó las elecciones presidenciales.
Así otra vez el tema de que lo que importa son los resultados y nos los procedimientos empleados para obtenerlos (positivismo) se aplicaba una vez más en estas latitudes. 

Porque, en realidad, el que tiene razón es siempre el dueño originario de la tierra y no quien se llega para invadirlo y reclamar derechos que nunca tuvo.

¿Murió Roca y con él se fueron al pasado sus criterios y sus métodos? Por supuesto que no. Porque el héroe de la conquista del desierto tuvo muchos seguidores que perduran hasta nuestros días y que creen que lo importante es la utilidad, el beneficio económico, y no el respeto por algún derecho humano.
Quizá es tiempo de ir a buscar la pala para cavar otra zanja que nos libre de los invasores. Esta vez seríamos "los del otro lado" quienes marcaríamos el territorio que pertenece a los propios de modo que no se nos vengan los extraños. 

Aunque está marcado, ¿verdad? En cualquier mapa puede verse la señalización bajo el título "fronteras de la República Argentina". Para que dejemos pasar solamente a quienes queramos, gente de buena voluntad que quiera habitar este suelo.


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