---
El descubrimiento de las células madre ha sido un enorme avance en la ciencia médica.
La posibilidad de su utilización como forma de tratamiento, ya sea de enfermedades neurológicas o de otro tipo, ha despertado particular interés no solo en el mundo de la ciencia si no entre los pacientes y el público general.
La prensa se ha encargado de divulgar parte de las novedades aunque con información no siempre acertada y que la población general no puede procesar adecuadamente.
Enfermedades tales como el Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple y también Esclerosis Lateral Amiotrófica, Distrofias Musculares y otras Enfermedades Neuromusculares, son el objeto de intensa investigación en este terreno.
Es evidente que, ante la carencia de tratamientos efectivos para estas dolencias asociadas al deterioro enorme que producen tanto en funciones intelectuales como en funciones motoras, muchos bien intencionados y otros no tanto se ocuparon de alentar expectativas.
Distintos tipos de células madre se han probado en modelos animales de enfermedades y, en algunos casos, la respuesta ha sido alentadora y ya se han comenzado algunas pruebas muy controladas en humanos.
El Sistema Nervioso, por sus particularidades, enfrenta desafíos propios que lo distinguen de otros tejidos tales como su complejidad y conectividad, su metabolismo, la existencia de una barrera hemato-encefalica. Esta es una barrera que aísla el cerebro y la médula espinal de la sangre, lo que dificulta el pasaje de las células madre al tejido nervioso y esto se suma a la multiplicidad de células, que contiene el tejido nervioso (no solo neuronas, también células gliales).
Más aún muchas enfermedades a las que se intenta combatir son de origen genético por lo que, de tratarse de células madre linfáticas del propio individuo o de donantes familiares, deberían primero ser sometidas a tratamientos que modifiquen sus genes (doble desafío).
Hasta que estas terapias sean una realidad, y muy especialmente en Enfermedades Neuromusculares, deberán resolverse aún muchos problemas tales como la elección del tipo de célula madre a utilizar, la forma de llegar al tejido nervioso o muscular, al segmento particular del sistema nervioso que se haya involucrado en la enfermedad en cuestión, la elección del modelo experimental (en el que se hagan las pruebas y experimentos) y muchísimos otros que sería imposible enumerar.
Creemos que la terapia con células madre será probablemente en un futuro una realidad y todos tenemos grandes esperanzas en ella aunque aún debamos esperar.
Mientras tanto digamos que todo ésta área se encuentra en una fase de investigación y por el momento no existe aplicación clínica alguna para ninguna enfermedad neurológica ni neuromuscular. Digámoslo de otro modo: Hasta hoy NO hay NINGÚN paciente en el mundo que se haya curado NI beneficiado con tratamiento con células madre.
Por otro lado debe entenderse que cualquier tratamiento de este tipo es EXPERIMENTAL y como tal debe estar regulado, vigilado y permitido por la autoridad sanitaria local (ANMAT, INCUCAI en nuestro país, FDA en EEUU, EMEA en Europa, etc.) y tampoco está exento de significativos riesgos.
Sin embargo, esta línea de investigación es muy promisoria y la ciencia tiene fundadas esperanzas en que el éxito corone tantos recursos invertidos.
Tan, o más importante, es mencionar que de acuerdo a normas internacionales (Acuerdo de Helsinski y otros) el sujeto de la investigación (es decir, el paciente) no debe abonar ni un solo centavo por el costo de la investigación (tampoco su cobertura médica).
Llama la atención el crecimiento de la oferta de individuos inescrupulosos, tanto del ámbito nacional como del extranjero, que seducen a pacientes desesperanzados y portadores de enfermedades neurológicas con supuestas promesas de mejoría o curación que constituyen verdaderas estafas no solo económicas sino morales.
Quienes colaboran económicamente por razones humanitarias se transforman en víctimas de la estafa y de alguna manera en cómplices de actos que deberían estar penados por la ley.
Por último, indigna el silencio oficial, indigna la prensa que promueve y se hace eco de campañas sin siquiera consultar o recabar información en las fuentes científicas e indigna el silencio cómplice de las sociedades científicas que callando no hacen otra cosa que alentar a los estafadores de turno y estimulando el pensamiento mágico de la ignorancia a la que debería ilustrar.
El descubrimiento de las células madre ha sido un enorme avance en la ciencia médica.
La posibilidad de su utilización como forma de tratamiento, ya sea de enfermedades neurológicas o de otro tipo, ha despertado particular interés no solo en el mundo de la ciencia si no entre los pacientes y el público general.
La prensa se ha encargado de divulgar parte de las novedades aunque con información no siempre acertada y que la población general no puede procesar adecuadamente.
Enfermedades tales como el Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple y también Esclerosis Lateral Amiotrófica, Distrofias Musculares y otras Enfermedades Neuromusculares, son el objeto de intensa investigación en este terreno.
Es evidente que, ante la carencia de tratamientos efectivos para estas dolencias asociadas al deterioro enorme que producen tanto en funciones intelectuales como en funciones motoras, muchos bien intencionados y otros no tanto se ocuparon de alentar expectativas.
Distintos tipos de células madre se han probado en modelos animales de enfermedades y, en algunos casos, la respuesta ha sido alentadora y ya se han comenzado algunas pruebas muy controladas en humanos.
El Sistema Nervioso, por sus particularidades, enfrenta desafíos propios que lo distinguen de otros tejidos tales como su complejidad y conectividad, su metabolismo, la existencia de una barrera hemato-encefalica. Esta es una barrera que aísla el cerebro y la médula espinal de la sangre, lo que dificulta el pasaje de las células madre al tejido nervioso y esto se suma a la multiplicidad de células, que contiene el tejido nervioso (no solo neuronas, también células gliales).
Más aún muchas enfermedades a las que se intenta combatir son de origen genético por lo que, de tratarse de células madre linfáticas del propio individuo o de donantes familiares, deberían primero ser sometidas a tratamientos que modifiquen sus genes (doble desafío).
Hasta que estas terapias sean una realidad, y muy especialmente en Enfermedades Neuromusculares, deberán resolverse aún muchos problemas tales como la elección del tipo de célula madre a utilizar, la forma de llegar al tejido nervioso o muscular, al segmento particular del sistema nervioso que se haya involucrado en la enfermedad en cuestión, la elección del modelo experimental (en el que se hagan las pruebas y experimentos) y muchísimos otros que sería imposible enumerar.
Creemos que la terapia con células madre será probablemente en un futuro una realidad y todos tenemos grandes esperanzas en ella aunque aún debamos esperar.
Mientras tanto digamos que todo ésta área se encuentra en una fase de investigación y por el momento no existe aplicación clínica alguna para ninguna enfermedad neurológica ni neuromuscular. Digámoslo de otro modo: Hasta hoy NO hay NINGÚN paciente en el mundo que se haya curado NI beneficiado con tratamiento con células madre.
Por otro lado debe entenderse que cualquier tratamiento de este tipo es EXPERIMENTAL y como tal debe estar regulado, vigilado y permitido por la autoridad sanitaria local (ANMAT, INCUCAI en nuestro país, FDA en EEUU, EMEA en Europa, etc.) y tampoco está exento de significativos riesgos.
Sin embargo, esta línea de investigación es muy promisoria y la ciencia tiene fundadas esperanzas en que el éxito corone tantos recursos invertidos.
Tan, o más importante, es mencionar que de acuerdo a normas internacionales (Acuerdo de Helsinski y otros) el sujeto de la investigación (es decir, el paciente) no debe abonar ni un solo centavo por el costo de la investigación (tampoco su cobertura médica).
Llama la atención el crecimiento de la oferta de individuos inescrupulosos, tanto del ámbito nacional como del extranjero, que seducen a pacientes desesperanzados y portadores de enfermedades neurológicas con supuestas promesas de mejoría o curación que constituyen verdaderas estafas no solo económicas sino morales.
Quienes colaboran económicamente por razones humanitarias se transforman en víctimas de la estafa y de alguna manera en cómplices de actos que deberían estar penados por la ley.
Por último, indigna el silencio oficial, indigna la prensa que promueve y se hace eco de campañas sin siquiera consultar o recabar información en las fuentes científicas e indigna el silencio cómplice de las sociedades científicas que callando no hacen otra cosa que alentar a los estafadores de turno y estimulando el pensamiento mágico de la ignorancia a la que debería ilustrar.
Dr. Alberto L. Dubrovsky
Vicepresidente y Director Medico de ADM
Profesor Titular de Neurociencias – Universidad Favaloro
Profesor Adjunto de Neurologia – Universidad de Bs As
Jefe del Departamento de Neurologia y
Unidad de Enfermedades Neuromusculares
Instituto de Neurociencias Fundacion Favaloro
---
Visita: http://decretosdevida.blogspot.com.ar/
Vicepresidente y Director Medico de ADM
Profesor Titular de Neurociencias – Universidad Favaloro
Profesor Adjunto de Neurologia – Universidad de Bs As
Jefe del Departamento de Neurologia y
Unidad de Enfermedades Neuromusculares
Instituto de Neurociencias Fundacion Favaloro
---
Visita: http://decretosdevida.blogspot.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario