Un fuerte terremoto de magnitud 8,9 estremeció hoy a Japón. Lo más preocupante es que las primeras noticias hablaban de miles de muertos y desaparecidos, cifras realmente inusitadas en un país desarrollado donde todo se construye a prueba de terremotos. Incluso, se hablaba de un reactor nuclear fuera de control. Horas después se informó que las cuatro plantas nucleares próximas a la zona más afectada estaban controladas. Se informaba igualmente de un tsunami de 10 metros de altura, que provocó alerta de maremoto en todo el Pacífico.
El sismo se originó a 24,4 kilómetros de profundidad y a 100 kilómetros de la costa. De haberse producido a menos profundidad y distancia, las consecuencias habrían sido más graves.
Hubo desplazamiento del eje del planeta. Era el tercer fenómeno de gran intensidad que se producía en menos de dos años: Haití, Chile y Japón. No se puede culpar al hombre de tales tragedias. Cada país, con seguridad, hará lo que esté a su alcance para ayudar a ese laborioso pueblo que fue el primero en sufrir un innecesario e inhumano ataque nuclear.
De acuerdo con el Colegio Oficial de Geólogos de España, la energía liberada por el sismo equivale a 200 millones de toneladas de dinamita.
Una información de última hora, transmitida por la AFP, expresa que la compañía eléctrica japonesa Tokyo Electric Power comunicó que: “De acuerdo con las instrucciones gubernamentales, hemos liberado parte del vapor que contiene sustancias radioactivas…”. “Seguimos la situación. Hasta el momento no hay problema…”. “También se señalaban desarreglos relacionados con el enfriamiento en tres reactores de una segunda central cercana, Fukushima 2". “El Gobierno ordenó la evacuación de las zonas circundantes en un radio de 10 km en el caso de la primera central y de 3 km en el caso de la segunda.”
Tomado de una reflexión de Fidel Castro Ruz en Cubadebate.
Marzo 11 de 2011
Enviado por Pedro Gellert
Dijo Albert Camus: "El mundo en el que vivo me lastima, pero me siento solidario con los hombres que viven en él. Mi papel no es el de transformar el mundo ni al hombre. No tengo la virtud ni el talento para ello, pero estoy feliz de servir, desde mi sitio a los valores que hacen que merezca la pena vivir."
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