La base de datos de Wikileaks tiene 2 080 cables enviados al Departamento de Estado norteamericano desde la Oficina de Intereses en La Habana y desde otras embajadas.
Los emitidos desde Cuba todavía no los han publicado.
Sus filtraciones se están produciendo en el sitio a cuentagotas, y es lógico que así sea.
Las furias del gobierno norteamericano no son solo verbales.
La web vive bajo acoso legal y cibernético, y ha recibido por lo menos dos asaltos de grandes ligas a sus servidores, uno de ellos superior a 10 gigabytes por segundo, lo que equivale al ataque simultáneo de millones de computadoras.
Editorial de Cubadebate
Enviado por MOVIMIENTO MEXICANO DE SOLIDARIDAD CON CUBA
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