“¿Puede Esquel convertirse en una ciudad como Bariloche?"

De una opinión de Humberto Kadomoto sobre el tema "seguridad"
publicada en Puerta E
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¿Quiere la gente de Esquel ser como Bariloche?
Seguramente que NO. Pero cuatro o cinco noticias recientes de Esquel motivaron estos comentarios:

- Vecinos del Barrio Malvinas quieren que trasladen el COSE porque molestan.
- Bandas antagónicas del Cañadón se enfrentan entre ellas.
- Los vecinos de los varios barrios rechazaron el nuevo centro de detención.
- Las autoridades buscan colocar cámaras de seguridad en la ciudad.
- Comerciantes impulsan el cacerolazo por mayor seguridad.
Pareciera ser que cada una de estas noticias están motivadas por un sentimiento de "mayor seguridad" o al menos "mantener la seguridad que tenemos". Pero todas ellas olvidan que los problemas que planteamos son producto de nosotros mismos.
 

Tomando como ejemplo la problemática que tenemos en Esquel respecto del acceso a la tierra y a la vivienda, debemos reconocer que esta situación genera exclusión social y mayor pobreza. Si solamente pueden tener su terreno y construir su casa aquellos que poseen disponibles 150 mil dólares, no podremos evitar mantener y abrir centros de re habilitación de menores en riesgo o centros de detención o centros de día para vecinos con problemas de alcoholismo, o de drogas, o tener mas gente viviendo en la calle.


Cada vez que se realizan actividades solidarias, o cada vez que existen proyectos participativos, debemos entender que la única forma de encarar los problemas sociales es aceptar que "son nuestros" y por lo tanto debemos crear entre todos formas de "evitar que se generen". Solucionar el problema habitacional, garantizar la educación y tratar adecuadamente a "nuestros afectados" debe ser parte de nuestra vida social para poder exigir a las autoridades que ejecuten las acciones.

 
Párrafo aparte para el COSE y el Hogar del Adolescente.


Mis hijas nacieron y se criaron en el Barrio Malvinas. Estudiaron y pasaron su infancia, niñez y adolescencia "pasando" frente al Hogar del Adolescente en el actual predio del COSE. Hoy tienen 20 y 16 años y compartimos espacios con los hijos y vecinos que formaron parte de ese hogar; vecinos que "estuvieron adentro", vecinos que hoy son trabajadores municipales, encargados de comercios importantes, obreros de la construcción..., en definitiva buenos vecinos. Quiere decir que ese hogar del adolescente cumplió con creces su labor. Y ojo, esos "pibes" eran bravos.
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