Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
Dijo Albert Camus: "El mundo en el que vivo me lastima, pero me siento solidario con los hombres que viven en él. Mi papel no es el de transformar el mundo ni al hombre. No tengo la virtud ni el talento para ello, pero estoy feliz de servir, desde mi sitio a los valores que hacen que merezca la pena vivir."
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