Realmente, no sé qué es tener mamá. Nunca la tuve. No sé por qué causa, a los tres meses de nacida me dejó. Se fue.
Creo que de haberla tenido a mi lado, todo hubiese sido diferente. Pero sentí su ausencia. Me faltaron sus besos, sus caricias, la ternura que sólo una mamá puede entregarle a sus hijos. Me faltaron sus retos, sus penitencias y, por qué no también un chirlo. Me faltó la buena enseñanza.
Una vez escuché por allí que una persona que nunca recibió amor de chico era incapaz de dar amor a los demás. Yo creo que no es así. Por ejemplo, el amor de mamá nace con su hijo. Es más, ya creciendo dentro de una lo empezamos a amar. Creo que el amor que mi mamá no me dejó darle yo se lo doy a mis hijos. Y siempre me queda un poco para entregar a quien lo desee y necesite afecto. Es una manera de sentirme más que bien.
Hijos de todas las madres: llenen de besos y caricias a su mamá. Yo no pude.
Y los que no la tengan, llévenla en sus corazones y no olviden que no hay amor más puro y sincero que se pueda comparar al amor de mamá.
Blanca
Publicada por Colección Villa Tranquila de Ensenada
nro. 45 - Octubre 11 de 2000
Versión impresa disponible en las bibliotecas públicas de Ensenada
Prov. de Buenos Aires - Argentina
Dijo Albert Camus: "El mundo en el que vivo me lastima, pero me siento solidario con los hombres que viven en él. Mi papel no es el de transformar el mundo ni al hombre. No tengo la virtud ni el talento para ello, pero estoy feliz de servir, desde mi sitio a los valores que hacen que merezca la pena vivir."
No hay comentarios:
Publicar un comentario