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Café de por medio - Daniel Aníbal Galatro - Abril 1 de 2011


¡Hola, amigo! Aquí estoy de regreso en el café que nos congregara tantas veces y que volverá a hacerlo, espero, porque como decía mi inolvidable Mimito, el calesitero, "sólo te voy a fallar si me muero".
Y ahora, como si fuera poco, fíjese cómo está el que era un bolichón de cuarta. Se vino el crecimiento y ahora hay miles de mesas más que se extienden por el "melipal", término mapuche que según me dijeron, significa los cuatro rumbos, el norte, el sur, el este y el oeste.
Y no está mal crecer si uno lo hace "en su medida y armoniosamente".
¿Cómo anduvo en estos meses que transcurrieron desde nuestro último encuentro anterior? Por casa, todo bien, con salud, trabajo y amor, tres cosas que nos hacen dar gracias a Dios cada día.
Por Esquel, la vida continúa, lo que no es poco viendo cómo anda el mundo. Amanece y anochece con la placidez que contagia el paisaje, y la gente de aquí sigue haciendo pero también sigue siendo. Porque "ser" es más importante que "hacer", según dicen. Y está bien cómo es, y mejor aún, cómo busca ser más, superarse, crecer por dentro.
Me propuse volver al café el primer día de abril y aquí estoy. Para charlar mientras tomamos ese rico brebaje que espero no haya cambiado.
Espere que pido un par con unas medialunas para no charlar con la boca seca.
¡Mozo!
Hay mozos nuevos... ¡no! ¡sorpresa! ¡Son mozas! ¡Y las vistieron como princesas!
Sí, señorita... ¿cómo es su nombre? ¿Margarita? Mucho gusto. Me llamo Daniel y me verá muchas veces por aquí. ¿Tendría la amabilidad de alcanzarnos dos cafecitos con seis medialunas? Gracias. Tómese su tiempo, porque tenemos mucho de qué conversar aquí con el amigo.
Es verdad que todo cambia. Café nuevo, mozas nuevas, pero el mismo sentimiento que nos une desde hace tiempo.
Ya van para tres años que piso este abrojal que me atrapó creo que definitivamente. Fue un 21 de abril que llegamos aquí con Olga y nos recibieron poquitos días después con la erupción del volcán, las consiguientes cenizas, una nevada histórica... como para probarnos y saber si estábamos preparados para vivir en Esquel.
Y aquí estamos, "firmes como trompada de negro", diría mi viejo. Y muy felices.
La otra noche estuve en el Melipal. Cada último miércoles del mes que puedo me escapo, en realidad me organizo para hacerlo, y me voy a disfrutar de las charlas que Néstor presenta en su Plaza del Cielo. Y el miércoles estuvo más que interesante. Se trataba de un proyecto internacional que propone sacar de su montaje actual al famoso globo terráqueo que conocemos y poner nuestro lugar, Esquel en este caso, en el punto más alto de la esfera. Y así acercarnos más a la realidad de cómo debemos vernos, ver el planeta y ver el universo desde un punto más real.
Me hizo pensar muchas cosas. Siempre me quejaba de que nos mostraban el planeta desde el punto de vista del hemisferio norte y entonces Esquel quedaba por allá abajo, lejos de todo, pequeño e insignificante a los ojos del mundo civilizado. Pero vino Néstor y me mostró que era todo lo contrario. Que el lugar donde uno está es la cima del mundo, y que eso nos hace iguales a todos los demás, porque cada uno, está donde esté, puede situarse en el punto más alto del planeta.
Espere un momentito. Aquí llega Margarita con los cafés y las medialunas. Se llama como mi vieja. Buen presagio.
¡Sí, Margarita, gracias! 
En fin, que como me pasa cada día mi alma encuentra alimento para seguir intentando crecer. Salí del Melipal con una energía nueva, y creo que nos pasó a casi todos los que compartimos esa charla. Porque nos abrió una ventana no solamente para conocer eso que no conocíamos sino para ver las cosas de otra forma. 
Está bueno el café, rico como el de antes. Y está bueno compartirlo con usted, tan bueno como siempre.
¿Si voté en las elecciones? ¡Por supuesto! Andaba medio desvencijado, reponiéndome de la paliza que me dieron los chicos en febrero con el tema de sus exámenes, pero no podía faltar. Ya es la segunda vez que voto en Esquel y no me lo podía perder. Y no me va a decir que los chubutenses no hicimos ruido con estas elecciones. Todavía el país pregunta si "habemus Papa" y espera el humito blanco correspondiente. Pero que esperen. Las cosas claras, tanto como sea posible. Como quedaron en Esquel donde nadie discute los resultados locales, le gusten o no. Es la democracia ¿no? El tiempo acomodará la cuestión, seguramente, y espero que para bien.
Bueno, termínese el café antes de que se le enfríe. 
¡Margarita! 
Invito yo, por supuesto.  Fue un gusto reencontrarlo. Me costó un poco volver a entrar en clima, y creo que me va a llevar un par de cafecitos más tomar temperatura, pero su sonrisa de amigo me ayudará. Porque si el resto del mundo, es decir, lo que no es nuestro pequeño lugar en el planeta, anda con problemas de tsunamis, radiactividad, guerras, debates violentos y todo eso, tenemos que cuidar nuestra casita, el "paese" que dicen los italianos, y no permitir que lo malo nos inunde por dentro. Ponemos Esquel en el punto más alto de la esfera, como me enseñó Néstor, y procuramos seguir siendo optimistas. ¿No es fácil? Por supuesto que no. Pero "cuando la marcha se pone dura, los duros se ponen en marcha", y el vientecito patagónico nos ayuda a endurecernos por fuera para seguir siendo tiernos por dentro.
¿Cuánto es?... Aquí tiene. Quédese con el vuelto, Margarita, y mucho gusto en conocerla.
Bueno, amigo. Parto a cumplir con mis obligaciones, porque ahora, como sabe, también tenemos una revista. ¿No sabía? Se llama como el blog, "Esquel íntimo", y está abierta a todos los temas, a todas las voces, a todas la opiniones, a todo lo que aporte algo más a este lugarcito que crece y crece pero que no debe perder su esencia. Espero que se decida y cuando quiera participe con alguna nota o con sus fotografías o con lo que le parezca.
Nos vemos mañana, si Dios quiere. Creo que no se enojarán aquí si le traigo un poco de dulce de manzana que hizo Pety y nos convidó. Está buenísimo y seguramente irá muy bien con las medialunas.
Que lo pase bien. Chaucito. 
¡Hasta mañana, Margarita!

Daniel Aníbal Galatro

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1 comentario:

Anonymous dijo...

Sabe amigo, me gustaria tomar un cafe con usted pero vio como es esto de la cibernetica, vaya a saber donde lo estaremos tomando, le digo que Moscu esta cubierto de nieve pero el cafe la derrite, me hare un lugarcito y viajare al menos en sueños.
Vere si podre estar en linea ya que me intrigo mucho, le digo, lo del dulce de manzana.
Lo dejo por ahora y siga pintado su aldea que lo hace muy bien.
Artemio Artemisa

Dientileche, el País de los Niños