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Sucede en la Patagonia: pingüinos, albatros y gaviotas

Le vamos a contar algo muy llamativo que está sucediendo en Argentina desde hace varios años.
Se trata de un tema poco difundido en los medios masivos. En realidad, es más probable que aparezca en el National Geographic que en nuestra TV abierta.
Sin embargo,al final, llegaremos a un número que nos dejará atónitos.
Por estos días, la prensa internacional se ocupa extensamente de lo que está ocurriendo en Punta Tombo, Chubut, donde miles y miles de pingüinos llegan hasta esas playas cercanas a la Península de Valdés. Los llamados pájaros bobos son la atracción para visitantes argentinos y extranjeros.
De todas formas, desde hace ya varias temporadas a estas pequeñas criaturas de 50 cm de alto les surgió una "competencia" que está alterando el mapa de las aves patagónicas: los albatros y las gaviotas se han multiplicado de tal forma en esa geografía nacional que algunos biólogos del CENPAT (Centro de Estudios del Medio Ambiente Patagónico) están estudiando de dónde proviene semejante cantidad de ejemplares alados.
A lo largo de todo el gigantesco golfo San Jorge y en localidades pesqueras aledañas de Chubut y Santa Cruz, los habitantes del lugar ven el cielo oscurecerse cuando las bandadas terminan literalmente tapando el sol.
¿De dónde salieron? ¿Por qué son tantos?, se preguntan.
Estos gigantes del aire despegan hacia el mar en busca de comida...

Usted, con razón, también se puede preguntar: ¿Y esto que tiene que ver con nuestra realidad?
Al final llegaremos a un hecho que lo dejará atónito.

Los científicos dicen que cada día encuentran más comida, por eso se reproducen tanto, por eso son cien
veces más que en los cercanos años noventa; ¡¡¡cien veces más!!
Resulta que tanto los albatros como las gaviotas encuentran flotando cientos de toneladas de peces muertos muy cerca de la costa…
¿Es la contaminación? ¿Es un fenómeno natural?
No, es simplemente Argentina.
El Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación tuvo una desastrosa idea: retirar los inspectores que iban a bordo de los pesqueros y los fresqueros que buscan langostinos, cambiándolos por meros "observadores", con un casi nulo poder de policía.
Este hecho coincidió casualmente (o no tanto) con otras dos situaciones desgraciadas:
1. La Comunidad Económica Europea expulsó de sus mares a los buques congeladores que eran altamente depredadores. Ante la imposibilidad de trabajar en el viejo continente, las grandes empresas españolas emigraron hacia Argentina, donde la depredación es una palabra desconocida, casi sin uso.
2. Las autoridades provinciales de Santa Cruz y Chubut en los noventa completaron el círculo permitiendo a las naves factorías foráneas a tirar (sí, a tirar por la borda) aquel pescado que no les conviniera.
Desde entonces, los buques que buscan langostinos sólo se interesan por esta especie, que cuesta en el mercado internacional 18 dólares el kilo.
Por ello, arrojan al mar la merluza, el cazón, el abadejo, las rayas y hasta el salmón que caen en sus redes.
Como la merluza es un predador del langostino, ejemplares de muchísimo kilaje quedan atrapados, son llevados a la cubierta y luego arrojados al mar.
Como estos peces viven a 80 o 90 metros bajo la superficie, una vez subidos al barco mueren por una normal diferencia de presión. Aunque sean devueltos al océano, ya están muertos.
¿Quién se los come?
... los albatros y las gaviotas.....

¿Sabe cuántas toneladas de merluza tira al mar cada uno de estos barcos de 40 o 50 metros de eslora? 10  toneladas diarias; 10.000 kilos.
Siga sumando: 10.000 kilos por día, sólo de merluza (no estamos contando centolla, ni abadejo, ni cazón, ni salmón, ni nada de eso) hay que multiplicarlos por la cantidad de barcos que salen a buscar langostinos.
¿Sabe cuántos son, cada día, sólo en esa zona?
Nunca menos de cien.
Multiplique, cien barcos, que tiran diez mil kilos de merluza, son un millón de kilos de pescado arrojados al mar cada vez que sale el sol.
¿Sabe cuántos argentinos podrían comer estos manjares gratis cada día?
Un millón de compatriotas, que dejarían de tener hambre, porque un kilo de excelente pescado es un regalo de los dioses. ¿Sabe cuál es el país que tiene la mejor educación y la tecnología más avanzada del mundo?
Japón.
¿Y sabe cuál es la base de la comida nipona?
No es el arroz como nos hacen creer, es el pescado.
¿Hace falta detallar las virtudes que les traería a nuestros chicos alimentar sus cerebros con fósforo de  nuestros mejores ejemplares marinos?
Estos números que causan vergüenza fueron denunciados una y otra vez por los marineros no nucleados en el SOMU, el sindicato que dirige el impresentable "Caballo" Suárez, ese irresponsable titular del gremio
marino que se emborrachó en el medio de una gira de Cristina Kirchner por Europa, generando un  escándalo que motivó que lo sacaran de la delegación.
La oposición a Suárez ha implorado a los empresarios, a los gobernadores patagónicos y a las autoridades nacionales, que terminen con esta depredación del recurso y que alimenten a la gente pobre, que también existe en el sur de nuestro país.
¿Saben cuál es la respuesta de los dueños de las pesqueras españolas?
Tratan de no contratar personal de a bordo argentino, optando por peruanos y bolivianos que trabajan más, sin sindicatos y no se quejan de la depredación; porque, total, la plataforma continental no la sienten
como propia.
¿Saben qué contestan los políticos argentinos?
Les bajan los impuestos a las ganancias para que ganen más y no sigan protestando.
Hace pocas semanas, los marineros opositores se rebelaron y quemaron varias plantas de procesamiento en  Puerto Deseado. Uno de los pedidos, además del salarial, era que dejaran de tirar pescados muertos al mar.
Los científicos extranjeros que analizan la multiplicación de gaviotas y albatros con resignación:
"La causa de semejante mutación en la población de aves no es otra que la enorme riqueza de los  argentinos, casi tan grande como su propia estupidez."

Por Alicia Jardel
Profesora y Colaboradora de Investigacion de Bélgica

Dora Grigera
Doctora en Biología
Investigadora del CENTRO UNIVERSITARIO DE BARILOCHE
UNIVERSIDAD NAC. DEL COMAHUE
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El Ratón Pérez necesita ayuda. Hoy: "La Basura"

Hola, amiguit@!!!

Hoy quiero pedirte ayuda para cuidar nuestra casita: el planeta Tierra. Tenemos que mantenerla sana y limpita, y para eso tenemos que ser sanos y limpitos, ¿no te parece?

Sabes lo que es la "basura". Todos los días hacemos cosas y eso produce residuos que llamamos "basura".
¿Qué hacen en tu casa con eso? Lo sacan a la vereda y lo llevan los amigos del camión que pasa casi todos los días.
Pero podemos ayudar a que su trabajo sea más útil disminuyendo la cantidad de residuos y separándolos antes en "orgánicos" e "inorgánicos".

Más de la mitad de la basura que tiras podría ser usada nuevamente. ¡¡¡Sí!!! Entonces, ¿por qué no la RECICLAMOS y AHORRAMOS?

¿Conoces la "ley de las 3 erres"? Reciclar, Reducir el consumo innecesario e irresponsable, y Reutilizar lo que sea posible.

- Al recuperar cajas de cartón o envases que también son hechos con papel contribuyes a que se talen menos árboles, encargados de capturar metano y de purificar el aire. Al reutilizar 100 kilogramos de papel se salva la vida de al menos 7 árboles.
- Separa los desperdicios que generas. Debes consultar en tu administración local o en tu unidad residencial si disponen de un sistema de selección de desperdicios.. Estos se convierten en basura sólo al mezclarlos. Casi prácticamente todo tiene reuso o reciclado.
- Usa siempre papel reciclado y escribe siempre por los dos lados.
- Usa envases retornables.
- No derroches servilletas, pañuelos, papel higiénico u otra forma de papel.
- Elije siempre que puedas envases de vidrio en lugar de plástico, tetrapack o aluminio.
- Recuerda que hay empresas dedicadas a la compra de materiales reciclables como papel periódico, libros viejos, botellas, etc.. Infórmate dónde puedes llevarlo.

¿Has visto cuántas cosas puedes hacer para que nuestra casita esté más limpita y sanita?
Cuéntale estas cosas a tus padres y a tus amigos. Para que ellos también nos ayuden.

Te envío un gran beso.

El Ratón Pérez

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El mundo virtual de Borges

Adriana Cortés
Entrevista con Arturo Echavarría
El mundo virtual de Borges

Arturo Echavarría, novelista y ensayista puertorriqueño, propone en sus libros El arte de la jardinería china en Borges y otros ensayos, y Lengua y literatura de Borges (Iberoamericana/Vervuert), una nueva forma de adentrarse en el laberinto literario del escritor, sin perder el hilo de Ariadna.

¿Por qué analiza la obra de Borges desde el lenguaje?

–La crítica se había enfocado a la metafísica, en la obra de Borges, que él trataba de un modo muy equívoco, porque él defendía el idealismo planteado en el siglo xviii por el obispo Berkeley, quien dice que el mundo no existe sino cuando lo percibimos. Sin embargo, se llegó a desembocar en una situación insostenible, según la cual Borges es un idealista anacrónico que niega la existencia del mundo, como Berkeley. En uno de los epílogos a sus libros de ensayos, él dice que le interesan las ideas religiosas y metafísicas por su valor estético. Yo empecé a examinar todo esto, que era muy contradictorio en Borges, e hice un examen de lo que pensaba sobre el lenguaje y de las influencias que tuvo de filósofos del lenguaje, la principal de ellas, la del judío checo Fritz Mauthner.

–¿Cuál es entonces la postura de Borges frente a la metafísica?
–Cuando Borges habla de metafísica, no lo hace en el sentido tradicional, porque él no estaba interesado en aplicar esas ideas. Si la doctrina de Berkeley se impone al mundo real, nadie creería que si cerramos los ojos el mundo desaparece, aunque a veces quisiéramos que fuera así. Aplicado al fenómeno literario, esto es cierto, es decir, los personajes no existen fuera de su percepción. Cuando usted termina de leer un libro, lo cierra y ese mundo desaparece. Es un mundo estrictamente virtual que surge del lenguaje literario que crea ese mundo. Los asuntos metafísicos vistos desde el punto de vista del análisis del lenguaje explican muchísimo la obra de Borges. Varios críticos plantean el rizoma como un procedimiento superador del palimpsesto y del intertexto en la poética de Borges. La concepción de rizoma ha sido una de las más interesantes producidas por la escuela postmodernista: consiste en la idea de que los conceptos tienen unas excrecencias que jamás se comunican. Creo que en Borges esto se puede ver, y ha llevado a algunos críticos a postular que no dice nada. Porque el rizoma plantea la negación de una afirmación única de conocimiento, en ese sentido, Borges es rizomático. Mi única reserva es que yo creo que sí dice, y que a pesar de todas estas contradicciones y desensamblajes que él mismo lleva en su propia obra, como él se desmonta, yo creo que, en el fondo, el resultado no es meramente un negativo, sino un positivo. Él cree que el mundo está lleno de contradicciones. Él cree que el racionalismo puro y simple nos ha llevado al desastre, que es una de las premisas de los postmodernistas: el uso indiscriminado del racionalismo. Borges postula al fin de cuentas que hay algún tipo de sentido en el mundo y que muchas veces es individual y personal, que no se puede proyectar en verdades eternas, absolutas e intransigentes. Creo que la concepción de rizoma es excelente, aunque me aparto un poco de ella.

–¿Qué relevancia adquiere el lector en la construcción de la obra borgeana?
–Para Borges el lector es el que construye el texto, no el escritor. Volvemos a la posición de Berkeley: algo que no es percibido, no existe. Y el lector es no solamente el que actualiza, en el sentido filosófico, el texto, sino que lo altera, y lo hace porque el lenguaje es ambiguo. Eso lo elabora Borges en el que se suele llamar su primer cuento más conocido, que es "Pierre Menard, autor del Quijote". Menard no es un escritor, sino principalmente un lector.

–¿Qué coincidencias encuentra entre "La muerte y la brújula", de Borges y "La araña homicida", anécdota narrada por Martín Luis Guzmán en El águila y la serpiente?
–Estaba leyendo a Martín Luis Guzmán, un gran prosista, y de pronto di con esa trama de El águila y la serpiente, de publicación muy anterior a la redacción del cuento de Borges. Una de las veces que trabajé con Borges le pregunté: ¿Usted ha leído a Martín Luis Guzmán? No –me dijo–, ni siquiera sé quién es. Cosa que podría ser verdad, pues con él había que andarse con mucho tiento, porque en varias ocasiones hacía de las entrevistas obras de ficción que era necesario descodificar. Borges era muy amigo de Henríquez Ureña y de Alfonso Reyes, quien estaba de embajador de México en Buenos Aires, y era muy amigo del grupo de Sur. Ellos eran miembros del Ateneo de México, junto con Martín Luis Guzmán, así que quizás en una plática hablaron sobre El águila y la serpiente. Cuando se va un poco más al fondo del asunto, se da uno cuenta que estos dos grandes escritores postulan problemas que han preocupado a muchísimos escritores latinoamericanos: la cantidad de intelectuales que han sido fusilados y torturados, y que se vieron necesitados de incidir en aquella barbaridad que estaba pasando, es decir, entregarse a la acción y terminar torturados, asesinados, desaparecidos.

–¿Fue ambigua la postura de Borges frente al realismo?
–Borges no fue realista, ya lo han dicho algunos críticos muy sagaces, como Beatriz Sarlo, que toda esta insistencia de él de sus primeros ensayos era una batalla que él tenía entablada contra el realismo literario que prevalecía en aquel momento en América Latina. En El arte de la jardinería china en Borges y otros ensayos, lo que yo planteo es que Borges pensaba a solas y en silencio, muy profundamente, sobre los problemas históricos, y a pesar de que él declaró que no le importaba la política, esto no era exactamente así, y apoyo mis opiniones con citas de él.

–¿Cómo recuerda a Borges?
–Lo recuerdo muy afable, aunque era muy tímido. Era un gran conversador. Borges era una de las cabezas más extraordinarias que he conocido en mi vida, una cabeza gigantesca. Uno se sentía apabullado, un poco víctima de esa cabeza, tenía un sentido de la agudeza terrible
Fuente: la Jornada semanal
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Maria Kodama en la Feria del Libro Alta Gracia 2008

La viuda de Borges leyó un texto inédito y respondió preguntas del público. El evento fue un éxito
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Hablando de Borges con María Kodama

El 24 de agosto de 1999, cuando se cumplía el centenario del nacimiento del poeta y escritor más celebrado por los argentinos, el sitio de poesía miBorges.com quiso sumar sus páginas a los muchos homenajes que se le tributaron dentro y fuera del país a cuya memoria colectiva pertenece. Este reportaje (realizado en julio de 1999), de los pocos que concedió María Kodama en su momento, fue publicado oportunamente
Todo 1999, año del centenario del nacimiento de Jorge Luis Borges, está dedicado a su obra. Pero específicamente este mes de agosto, y su epicentro el día 24, son la evidencia, la expresión y la justificación de esta borgesmanía aquí, en su patria chica, la Argentina, y en su patria grande, el resto del mundo. Este acontecimiento intelectual, que engloba reediciones de sus obras, conferencias, seminarios, documentales y películas alusivas, incluye además, por ejemplo, un homenaje en la Biblioteca Nacional de Francia,

disertaciones especiales en la Universidad de Manila, cursos en Oslo, simposios en Guatemala, exposiciones en Nueva York y mesas redondas en Varsovia y Praga. En Buenos Aires la propuesta es sumamente amplia, desde un concurso internacional de poesía y cuento denominado especialmente Jorge Luis Borges, realizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, cine, video y televisión, publicaciones conmemorativas y siempre nuevas biografías con detalles "desconocidos", espectáculos musicales en el teatro Colón y en el Centro Cultural General San Martín, clases especiales en las escuelas. Además, el 18 podrá verse en el Museo Nacional de Bellas Artes la exposición itinerante de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que iniciara su recorrido mundial en Venecia, en marzo pasado. Sumándose a este festejo del cumpleaños número 100 de Borges, miBorges.com dialogó con su viuda, María Kodama, recién llegada de presentar en Europa esa exposición alusiva.

El encuentro parecía que iría a realizarse en un lugar inexistente, casi idílico. Se trataba de una pequeña librería -Opera Prima- que en su parte posterior presenta un apacible piano-bar y restaurant y, en frente, el sol desparramado en estallido invernal sobre el verde de la plaza Vicente López, en Buenos Aires. Sin embargo las condiciones para el diálogo estaban dadas así realmente y eran perfectas. Allí estaba esta señora de mirada lánguida, sin maquillaje alguno, que mira a su interlocutora directa y permanentemente a los ojos, con anillos de plata en todos sus dedos incluidos los pulgares. Para quienes no la conocen demasiado, he aquí una breve biografía: escritora argentina, compañera durante muchos años y segunda esposa de Borges, a quien conoció siendo estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras. Publicó en colaboración con él Breve antología anglosajona (1978), Atlas (1984), testimonio de viajes realizados en conjunto alrededor del mundo, y una traducción del primer libro de la Edda Menor de Snorri Sturlson, además de colaborar con él en la dirección de su colección Biblioteca Personal. Fue gran sostén de la actividad literaria y personal de Borges, quien le ha dedicado gran cantidad de textos y prólogos. Esta es una síntesis de esa charla.

-María, hay preparada una verdadera maratón de homenajes a Borges...
-Sí, es impresionante. Además, la Fundación ha preparado esta exposición que se realizarà desde el 18 de agosto al 8 de septiembre, que hemos elaborado especialmente para la fecha y por la que estamos agradecidos a la Secretaría de Cultura, a la Presidencia, al Fondo Nacional de las Artes y a la Cancillería por sus aportes. Además importantes escritores recordarán la figura de Borges, entre ellos, Héctor Bianciotti y José Saramago.Se suman al programa los profesores que están realizando la obra completa con variantes de texto y aparato crítico, para especialistas y estudiosos del tema; va a haber una gran actividad.

-¿Una nueva obra completa?
-Sí, se toma el texto que Borges consideró entre comillas definitivo y las variantes que el escritor ha realizado antes. Han salido cosas interesantes sobre todo en los poemas, que decididamente pasan a ser otros, una palabra cambia un mundo. Para estudiantes y profesores será sumamente útil porque servirá para profundizar su estudio, abordando la obra desde otra visión, y para un escritor es fascinante porque es una lección de estilo, es mostrar cómo ha ido tallando ese brillante que es la obra completa.

¿Cuál es la obra, el libro que más te gusta de Borges?
-Tengo muchos poemas y cuentos predilectos. Algún día voy a hacer la antología de mis textos preferidos.

-¿Te sentiste desplazada en tu obra como escritora al dedicarle todo tu tiempo, toda tu vida a Borges?
-No, para nada, ahora que termine este centenario, empezaré a publicar mis cosas. No soy ansiosa, no tengo prisa, sé esperar mi momento.

-Pero fuiste sus ojos...
-Me divertí muchísimo con él, nunca lo consideré como ciego o sentí distancia existencial por haber sido él una persona infinitamente mayor que yo. Lo conocí cuando yo era muy jovencita y para mí era un compañero de juego, de diversión, era mi compinche de juegos intelectuales, además porque tampoco él lo consideraba de otra manera.

-Hoy, a tantos años de su muerte y con todo el bagaje de ser la encargada de la difusión de la obra, ¿sentís ese papel del destino que te tocó?
-Pienso que es como un regalo de los dioses, lo vivo como una cosa realmente maravillosa, y agradezco -si existe un Dios o dioses- el don que me fue dado, que es único.

-¿Qué pensás de esta borgesmanía?, Borges se volvió moda...
-Sí, es moda, es verdad, acentuada lógicamente por el centenario y todo el movimiento que el hecho produce. Pero más allá de ello, es todo positivo. Porque se da la posibilidad de la reimpresión de sus obras, de nuevas ediciones en otros idiomas, de todo esto que hace que nuevas generaciones, las del próximo siglo, se acerquen de algún modo a esta obra. Desde ese punto de vista la manía es positiva.

-¿Quedaron escritos inéditos de Borges?
-Sí, algunos prólogos y un guión que escribió para Venecia, una de las ciudades laberinto preferidas por él.

-Se dice que en la literatura argentina Borges es un hito, hay un antes y un después de él...
-Eso mismo también me lo hicieron saber escritores y críticos en España, sienten que su literatura quedó completamente transformada a partir de la influencia de Borges. Es fascinante porque teniendo en cuenta la metáfora del siglo pasado con relación a la Madre Patria, las dos grandes revoluciones de la lengua les llegan sin embargo desde América; una, el modernismo con Rubén Darío, y la segunda, toda esta renovación revolucionaria desde la prosa y los poemas de Borges.

-Incluso ese tironeo de parte de ingleses, franceses o suizos por considerarlo que fue escritor de tal o cual país...
-Ese es un juego intelectual magnífico, pero hablando seriamente, Borges es un escritor esencial y eminentemente argentino, con todo lo que ello significa ese bagaje. Y esa es la maravilla, el haberse dado cuenta a tiempo de qué forma debía torcer el timón para que su país sobresaliera en literatura, aunque sin proponérselo de una manera obsesiva, o entre comillas nacionalista, que él no lo era, porque detestaba todo ese rumbo de algunos países o personas. Creo que es lo que hace que él sea tan argentino, el destino de ser argentino. Borges amaba a su país, tuvo muchas oportunidades de irse, pero consideraba que tenía que escribir su obra aquí.

-¿Sentís su presencia?
-Sí, siempre. Racionalmente sé que él ha partido, pero interiormente está siempre conmigo, es una cosa muy linda, muy dulce. Siento su protección y complicidad permanentemente.
El sentido de lo épico
en la obra de Borges

El diálogo fue derivando al tema del culto, la exaltación del coraje en la obra borgeana.

"El amaba la épica, pero no era militarista ni amaba la guerra. De la guerra exaltaba esa visión romántica de las sagas, de la literatura épica, es decir, la historia del combate singular, del más valiente, del que lucha por la causa noble, que generalmente es el derrotado. Esa temática era lo que a él lo conmovía y esos códigos de honor que existían en otra época o que no existían pero que la literatura hizo que existieran, y que para él eran la esencia de lo que es o debería ser un ser humano, es decir, el respeto, el respeto por el otro, por el enemigo. Recuerdo justamente un hecho muy emotivo ocurrido cuando le dieron el doctorado en la Universidad de Oxford en Inglaterra.

 Nos llevaron a visitar un wall memorial de los estudiantes famosos de esa casa de estudios. Ibamos recorriendo junto a la gente de la universidad ese pabellón y yo le iba leyendo los nombres que estaban en la pared. Llegamos al sitial de los caídos en la Segunda Guerra Mundial, en determinado momento comienzan a aparecer nombres de origen alemán. La inscripción de esa placa decía, a fulano, fulano y fulano, estudiantes de esta universidad que murieron defendiendo a su patria, Alemania. Borges se emocionó y lloró, lloró porque para él la épica era eso, no el rencor y el odio al enemigo, sino el reconocer el valor de esos jóvenes que cayeron por su patria de nacimiento, su fatherland, y porque su patria intelectual, Inglaterra, les rendía también su homenaje. Había hallado un hecho tangible de aquello que siempre buscó expresar en su obra, lo humanamente hermoso".

Un poco también es lo que sucede con su saga de compadritos...

-Por supuesto, todos esos héroes que creó para la Fundación mítica de Buenos Aires, esos compadritos no son seres viles, son seres que mantienen una ética, un código de honor y que luchan por el valor y por otra historia. Pero ninguno de ellos, cuando uno los ve, es un ser vil o deleznable, respetan su código a ultranza, ése es su mundo épico, el mismo que inspiró el poema Juan López y John Ward, referido a la Guerra de las Malvinas que forma parte de Los Conjurados. De alguna manera ese poema cierra, corona esa idea de épica entre sus dos patrias intelectuales.

El poema Juan López y John Ward
Les tocó en suerte una época extraña.

El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provistro de lealtades,
de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
Jorge Luis Borges

Fuente:http://www.miborges.com.ar/reportajes/mariakodama.htm
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El Poeta ciego y la niña de sus ojos


El Poeta con mayúsculas, para el que el tiempo, el espacio, el infinito, la historia y la mitología conformaban un todo inseparable. El poeta ciego que, como Homero, cuajó el mundo de “sirenas y piedras imanes que enloquecen las brújulas”, de laberintos y mitos que se han convertido en adjetivos. Borges presenta en estas fotos su lado más amable, más humano, más feliz. Nos demuestra, afortunadamente, que mentía cuando escribió aquello de “he cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer, no he sido feliz”. Lo encontramos en Egipto “modificando el Sahara”, en Ginebra hablando con fantasmas ilustres, en Creta perdido en el laberinto, en París, Londres, Madrid…en su Atlas personal, reconstruyendo el relieve, los idiomas, los olores…al pasar sus dedos sobre el mapa invisible.


María Kodama, 30 años menor que Borges, lo acompañó en sus viajes para ejercer el enorme privilegio de ser sus ojos. Con una cámara al hombro y la capacidad de traducir el mundo para él, se convirtió en su musa, en la niña de sus ojos. Así, encontramos toda una serie de Haikus en el libro “La Cifra” dedicados a ella, “¿es o no es el sueño que olvidé antes del alba?”. Un atlas para ellos, dice María Kodama, era “un pretexto para entretejer en la urdimbre del tiempo nuestros sueños hechos del alma del mundo”, un lugar para el amor en su acepción más verdadera. No obstante, este amor se ha visto manoseado y ninguneado después de la muerte de Borges; pleitos y reclamos por derechos de autor han conseguido enemistar a muchos intelectuales con la viuda Kodama.


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El Atlas de Borges

El “Atlas de Borges” es un libro fruto de los viajes que con María Kodama y su cámara de fotos realizó Borges en los últimos años de su vida.
Es por tanto, el Atlas de Borges, un recorrido de recorridos de recorridos y, como señala Hermán Lombardi, ministro de cultura de la ciudad de Buenos Aires, “al recorrer los mismos lugares generará otra trama, similar pero diferente.”
Son 130 fotografías tomadas por María Kodama acompañadas de epígrafes, haikus y pequeños textos de Borges que, siendo ya ciego, decidió recorrer el mundo para verlo con sus cuatro sentidos restantes

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Borges y María Kodama

Borges ya no abandonará la casa materna hasta la muerte de su madre a los 99 años.

Con la visión cada vez más escasa, Borges hizo de su madre su asistente, su guía y compañA su muerte y ante la invitación de una universidad estadounidense, una joven discípula de ascendencia oriental, María Kodama, viaja con él y se convierte en su secretaria.

Desde 1975 Kodama fue el lazarillo del escritor y su inseparable compañera ocupando el lugar que dejó doña Leonor. Él tenía 76 años, ella promediaba los veinte.
Ambos contrajeron matrimonio mediante un poder en Paraguay 49 días antes de la muerte del escritor ocurrida en Ginebra el 14 de junio de 1986.
Para entonces Kodama era la única heredera de Borges que dejó a Fanny una suma de dinero. "Yo sé que mi vida ha sido una trama de errores", confesaba Borges en 1976. "He sido indiferente, he sido cruel, sí, pero por estupidez", dijo quien se arrepintió públicamente de no haber sido "más feliz".
Ya completamente ciego, se le preguntó qué desearía volver a ver si recuperara la visión: "Por raro que parezca, yo diría mujeres, ¡mujeres jóvenes!", respondió

Fuente:http://lakbzuhela.blogspot.com
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Borges y María Esther Vázquez

El retrato, desde luego, no es aséptico: María Esther Vázquez fue, según confesión propia, uno de los muchos amores de Borges, aunque al parecer no del todo correspondido por ella. Como otras mujeres que la antecedieron y siguieron, Vázquez atendió al escritor en las largas décadas de ceguera que precedieron a su muerte.

En su biografia hecha a Borges Maria Esther, expresa un indisimulado recelo hacia María Kodama, la segunda esposa y albacea literaria de Borges. El papel de esta última en alejar a Borges de sus amigos y de su familia en el último lustro de su vida parece indiscutible; cosa distinta es si aporta algo la relación de pequeños deslices y mezquindades que Vázquez le achaca, y que parecen nimiedades innecesarias ante el cargo mayor que construye contra Kodama: haber dominado al Borges anciano, amargado sus días, precipitado su muerte y alterado su testamento, nada menos.
Ajustes de cuentas aparte (aunque debe notarse que sólo este afán explica el título del libro), Esplendor y derrota no es una gran biografía. Sabemos lo que sucede, pero no por qué. El estricto orden cronológico no es literario (y la biografía es, a no dudarlo, literatura). Alternativamente se ofrece demasiado poco (de los años formativos de Borges: sabemos a quién conoció, pero no quiénes eran, qué significaban, todos aquellos poetas argentinos que se enumeran fatigosamente) o en exceso (la descripción pormenorizada de sus viajes). La narración se pierde con frecuencia en disgresiones, y en ocasiones repite datos que ya ha ofrecido unas páginas antes. No obstante, pueden salvarse de la biografía las jugosísimas anécdotas borgianas y los breves comentarios a algunas de sus obras, que desentrañan aspectos oscuros referidos a la influencia del entorno y las vivencias del autor sobre ellas.
Como aproximación a Borges, en definitiva, Esplendor y derrota es sólo tolerable. Quien realmente desee conocer al escritor, que no lo dude y acuda directamente a su obra.
Fuente:http://lakbzuhela.blogspot.com
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Borges y Elsa Astete

El encuentro. Borges y Elsa Astete se conocieron en La Plata, en 1931. Ella tenía 20 años, venía de la tranquilidad pueblerina de 9 de Julio, y su vida de entonces era de escuela y ocio, de paseos por el bosque y de té con masas en el Jockey Club.

El hombre que le presentaría a Borges fue Pedro Henríquez Ureña, historiador dominicano que había tenido que abandonar Santo Domingo porque el dictador Rafael Trujillo se había enamorado de su mujer.
El encuentro ocurrió una tarde, cuando Ureña llamó a su amiga Elsa y a su hermana Alicia, y las convocó a una cita a ciegas en el Museo de Bellas Artes, donde habría una conferencia. El conferencista era Néstor Ibarra, quien acabaría casándose con Alicia, y el joven que lo acompañaba se llamaba Jorge Luis Borges.
En 1931, Borges tenía 32 años y era un intelectual joven educado en Europa, ignorante todavía de que iba a ser el más grande escritor contemporáneo en lengua española. Había publicado un ensayo, Evaristo Carriego, que además de hacerle ganar tres mil pesos en un premio le había valido que Victoria Ocampo lo integrara a la revista Sur. En esa época estaba enamorado de Elvira de Alvear y ya era amigo de Adolfo Bioy Casares.
Aquella cita a ciegas en el Museo de La Plata sería el disparador de la relación. En la versión de la mujer, "después de que Henríquez Ureña nos presentó, nos fuimos a tomar el té al Jockey Club, y a la semana siguiente Alicia y yo fuimos a Buenos Aires para encontrarnos. Desde entonces no me dejó más. Me perseguía a sol y a sombra. Fue en esa primera cita cuando Borges me juró amor eterno".
¿Eterno? Aun tratándose de Borges, parece mucho decir. Durante los dos años que estuvieron de novios, él empezó a usar barba, recopiló sus artículos periodísticos en un libro y empezó a ser un escritor conocido.
La rutina del amor iba por los carriles de la época y, no bien comenzaron a hacer planes de casamiento, se comprometieron formalmente. Después, cuando la relación terminó, Borges decidió no hablar nunca del tema y hubo que esperar 50 años para que Elsa, enigmática, aludiera elípticamente a lo sucedido:
"No se dio", diría apenas.
Lo que ocultaba esa frase era un episodio de infidelidad que acabaría en el primer matrimonio de Elsa Astete y en el primer desengaño amoroso del poeta: durante una fiesta de cumpleaños ella había conocido a Ricardo Albarracín Sarmiento, y se había enamorado de él.
Fue una relación clandestina que Borges ignoró hasta el final: seguía viviendo en Buenos Aires, viajaba los sábados a La Plata para visitar a su novia, y fue el último en enterarse de lo que ocurría.
En la versión de Elsa, las cosas ocurrieron así: "A los 15 días de haberme casado, Borges, que no sabía nada, seguía llamando a mi casa. Mamá no sabía qué decirle, y yo me desentendí del tema. ‘Eso es problema tuyo’, le dije. Finalmente ella, que era correctísima, le dijo: ‘Mire, Borges, discúlpeme, pero me veo en la obligación de decirle algo: no llame más, porque Elsita se casó’".
La madre le contó a su hija que Borges hizo un breve silencio y después dijo: "Ah, caramba", y colgó.
Historias paralelas. En los años en que estuvieron separados, las historias de Borges y Elsa Astete fueron paralelas.
Ella, convertida en señora de Albarracín, tuvo un hijo que llevó el nombre del padre. La pareja vivía en una casona del Tigre y seguía viajando a La Plata, donde tenían una casa quinta, y Borges, para la mujer, apenas si era un recuerdo difuso.
Cuando le tocara a Borges hablar de la ruptura y de los años que le siguieron, diría dulzonamente: "Sólo la esperaba a ella". Desde luego, eso no parece cierto: entre 1933 y 1965, cuando se volvieron a encontrar, el escritor se enamoró muchas veces, y entre sus mujeres estuvieron Estela Canto, Silvina Bullrich y María Esther Vázquez.
Durante los años en que Borges estuvo sin saber de ella, Elsa enviudó y supo de él sólo lo que se decía de su carrera como escritor. Ni siquiera vivían en la misma ciudad: ella había vuelto a La Plata, donde había decidido quedarse después de la muerte de su esposo, y él estaba en Buenos Aires el tiempo que no pasaba viajando.
La ceremonia del reencuentro, tratándose de Borges, no podía empezar sino como empezó: con un sueño.
Dice Elsa: "Me contó que una noche soñó conmigo y le brotó como una ansiedad enorme de verme. Como mantenía una relación esporádica con una hermana mía, la llamó. Hablaron de bueyes perdidos, y al final le dijo: ‘Decime, Alicia, ¿qué es de la vida de Elsa?’. ‘Bueno’, le dice mi hermana, ‘vive en La Plata; se casó, como ya sabrás. Lo que no sé si sabés es que enviudó hace tres años’".
Borges quedó sorprendido pero no perdió el tiempo: llamó a su primera novia, y lentamente las cosas volvieron a ser como antes.
Segunda parte. De este segundo noviazgo, que duró casi tres años e incluyó, como el primero, un formal compromiso con anillos, a Elsa Astete le quedó grabada una anécdota que la hizo sentir indispensable. Sucedió una noche, en casa de Borges, cuando el escritor, ya casi ciego, fue hasta la biblioteca y a tientas pero sin dudar tomó un libro y lo llevó hasta donde estaba la mujer. En la página donde lo abrió había una foto de ella en traje de largo.
–Georgie –dijo admirada ella–, una foto mía...
En eso entró Leonor Acevedo, y le dijo a su futura nuera:
–¿Querés que te diga una cosa? Cada noche de su vida, antes de acostarse, "miraba" tu foto.
El 21 de setiembre de 1967, Jorge Luis Borges, soltero, 68 años, se casó por iglesia con Elsa Astete Millán, viuda, de 57.
Durante los primeros tiempos, la pareja vivió en la casa de él, Maipú 994, 6° piso B, compartiendo sus días con Leonor Acevedo. En el recuerdo de Elsa, contra lo que pudiera pensarse, la madre del escritor no intervino para perjudicar la relación. Diría años más tarde: "Mientras vivimos juntos nos llevamos muy bien. Es increíble, pero lo pasamos muy bien como matrimonio y con la madre".
¿Hasta dónde creerle? Según los amigos del escritor, los celos de Elsa hacia Leonor Acevedo eran terribles, y no permitía que Borges le diera dinero, como lo había hecho durante años. Unos meses después del casamiento, la pareja se mudó a un departamento de la calle Belgrano, donde hicieron por primera vez la experiencia de vivir juntos y solos, y allí la rivalidad entre su esposa y su madre cobró mayor virulencia y el escritor tuvo que empezar a visitar a escondidas a Leonor.
Esa experiencia, además, llevaría a la pareja a enfrentar definitivamente la realidad: la convivencia era intolerable. En una entrevista publicada en 1993, Elsa Astete admitió que no fue feliz junto a Borges: "Era introvertido, callado y poco cariñoso. Era etéreo, impredecible. No vivía en un mundo real ".
La rutina matrimonial tampoco parece haber sido excitante: "Yo lo despertaba a las 8 de la mañana. Ya estaba el baño preparado. Se bañaba durante una hora; después salía con olor a jabón, ¡qué rico! Se vestía. Tomaba su café con leche con pan y manteca, y se iba a la Biblioteca. Volvía a la 1. Almorzábamos. Se iba a dormir hasta las 4 y media. Tomaba un café con leche, no le gustaba el té, y se iba a la Biblioteca otra vez. Llegaba a las 8 de la noche. A esa hora,casi todos los días, íbamos a lo de Bioy Casares a cenar. Cuando volvíamos, Georgie se ponía su pijamita, y nos íbamos al living a leer hasta las 2 ó 2 y media de la madrugada".
En palabras de María Esther Vázquez, "la vida con Elsa era de una aridez desoladora. Según contaba el propio Borges, los únicos temas de conversación eran los recorridos de los tranvías o de los colectivos. En la mesa, al mediodía, a la hora del té y a la noche, había largas discusiones entre Elsa y su hijo acerca de qué calles tomaba el ómnibus 48 en su largo viaje al barrio de Flores. (Borges) se aburría (...). Le gustaba contar sus sueños y soñaba casi todas las noches; por eso, le extrañaba al principio y le molestaba después que Elsa jamás soñara. No podía concebirlo".
A poco de casarse, Elsa había comenzado a adueñarse del Borges público además del privado. Le manejaba el aspecto y también el dinero. "A la casa la administraba yo. Georgie odiaba la plata y me decía: ‘Vos ocupate de cobrar lo que sea. Odio la plata y, más aún, hablar de ella. A mí no me des nada. Yo te pediré cuando necesite para mis libros...".
María Esther Vázquez cuenta que Elsa lo instaba a cobrar sus conferencias y a duplicar el caché momentos antes de que se iniciaran, cuando la sala ya estaba llena, y añade que su esposa no era la mayor admiradora del escritor.
Cuando Borges, soberbio e irónico, se burlaba de su propia fama ("El día en que se den cuenta de que soy un impostor, cuando realmente lean las pobres páginas que he escrito, comprenderán que se han equivocado y me echarán con furia de todos lados"), la única que lo tomaba en serio era Elsa, quien llegó a decirle: "Mirá, aprovechá tu cuarto de hora; hoy estás en el candelero, pero dentro de dos o tres años nadie se va a acordar de vos...".
La separación. No puede saberse cuándo empezó a tomar forma en Borges la idea de la separación. En agosto de 1970, repentinamente, se dio cuenta de que ya no quería regresar a su casa, pero postergó la decisión.
Por un tiempo se entretuvo con viajes, premios y la ilusión recurrente de recibir el Nobel, y una mañana de octubre salió de su casa como siempre, para ir a la Biblioteca, y nunca regresó. Unos meses más tarde, mientras paseaba por Florida con su sobrino Miguel, Elsa Astete Millán se cruzó con el escritor y lo saludó. "¿Quién es?", preguntó Borges, definitivamente ciego. "Es Elsa, tío", respondió Miguel.
Y Borges volvió a preguntar: "¿Y quién es Elsa?"
Fuente:.http://lakbzuhela.blogspot.com
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Borges y Estela Canto

Jorge Luis Borges amó a muchas mujeres. "Las mujeres me han hecho desdichado, pero la felicidad que he obtenido de ellas compensa toda la desdicha. Es mejor ser feliz y desdichado que no ser ninguna de las dos cosas", confesó alguna vez.
Tímido hasta la tartamudez, nunca tuvo facilidad para acercarse al sexo opuesto y su madre, Leonor Acevedo, con la que convivió durante casi ocho décadas, gravitó en su vida social con fuerza meridiana.
"Desde que tengo memoria, siempre estuve enamorado de alguna mujer. Han sido diversas, pero cada una era única. El amor ha sido una forma de revelación", decía Borges.
Nunca habló públicamente de las mujeres que amó, pero gran parte de su obra literaria está dedicada a las musas que lo desvelaron, algunas veces bajo la delicada sombra de una inicial, otras con nombre y apellido.
Estela Canto
Una noche de agosto de 1944, le presentaron a Borges a la joven Estela Canto, en una fiesta que daban Bioy Casares y Silvina Ocampo. Delgada, morena y bonita, Estela tenía ojos penetrantes y una sonrisa irónica que le daba un aspecto de fiera inteligencia, que conservaría en la vejez. A los veintiocho, era dieciocho años menor que Borges, y se había apartado del camino convencional de la mujer argentina al decidir no casarse y seguir en cambio una carrera en el periodismo y la edición. Ahora se estaba haciendo un nombre como escritora, y Sur le había aceptado dos de sus cuentos hacía poco. Su hermano Patricio, escritor ubicado en los bordes del grupo Sur, se la había presentado a Silvina Ocampo, y Estela pronto se convirtió en una invitada regular a las soirées literarias de los Bioy.

Su primer encuentro con Borges fue poco prometedor: había leído “La muerte y la brújula” en Sur, cuento que la había impactado, pero quedó decepcionada por el aspecto de su autor; aunque le habían dicho que no era muy apuesto, era peor de lo esperado: regordete, bastante alto, con un rostro pálido y mofletudo y pies bastante pequeños. Después de darle la mano con aire ausente, Borges se ocupó muy poco de ella, falta de atención que irritó a Estela, porque en aquellos días daba por sentado que los hombres la encontraban atractiva. Era, de hecho, una mujer con amplia experiencia sexual: había tenido relaciones con escritores pero prefería los hombres de acción, y cuando conoció a Borges, tenía una relación con un inglés, “un espía británico que se desplazaba continuamente por la Argentina y por Brasil”.
El Aleph, el cuento que dedicó a Estela Canto, bajo cuyo apasionamiento escribió uno de sus más famosos relatos. Militante comunista, bella y liberal, Estela conmovió al escritor que por entonces ya padecía algunos problemas de visión.
Borges la visitaba a diario con la excusa de que lo ayudara a pasar en limpio los manuscritos de El Aleph y le obsequiaba libros. Doña Leonor nunca aprobó la relación.
"Cada mañana cuando llegaba a casa con alguna novela en el bolsillo tenía la actitud del festejante inoportuno que teme ser rechazado por la señorita cortejada. Esto era irritante. Él tenía 45 y yo 28, edad suficiente para prescindir de esas tonterías", diría Canto en una autobiografía.
El noviazgo duró siete años y terminó abruptamente cuando Borges le pidió matrimonio: "Lo haría con mucho gusto Georgie (como le decían en la intimidad), pero no podemos si antes no nos acostamos", le respondió Estela.
Poco después de la ruptura, Canto se casó con otro aunque fue amiga del escritor hasta su muerte.
Fuente:http://lakbzuhela.blogspot.com
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¿Por qué el 25 de febrero? - Analiza Jorge Oriola en Puerta E


Es bueno celebrar el día del pueblo en verano; incluso en Patagonia, cambio climático incluido, nos puede tocar un buen día de sol... Eso porque se ha elegido como Día de Esquel (así dice la Carta Orgánica hecha aquí por nuestros representantes y no está en vigencia) el 25 de febrero. Porque si le hubiesen hecho caso a un querido historiador local, don Marcelo Troiano, que entre cuatro fechas posibles una propuesta era el 03 de julio (ese día de 1908 Figueroa Alcorta firmó el decreto de oficialización de la mensura) lo festejaríamos en pleno invierno, muy cerquita del clásico desfile del Día de la Independencia...

¿Y por qué el 25 de febrero? porque se dijo y se repitió que ese día fue el de la primera comunicación telegráfica, de lo cual no hay por qué dudar aunque no haya documentación en archivos y sea extraño que todo el equipo se haya desplazado tantos kilómetros en sólo una noche con los caminos y transportes de 1906...

Pero el 25 de febrero es además el día del natalicio de José de San Martín, nuestro héroe político-militar paradigmático, fecha que ha sido reducida a un eventual ramo de flores en su estatua en la ex Plaza Colón, luego precisamente San Martín. Hasta hace poco tiempo existía una especie de monumento con mapa de la república; todo el conjunto en el centro de la plaza. Ese monumento con busto lo donó en octubre de 1938 el Regimiento de Montaña 21, recién llegado a la ciudad; en noviembre donó una bandera de guerra a la Escuela 20 y los directivos de ésta, según estudios de otra historiadora, Gabriela Macchi, sancionaron con Insuficiente a los alumnitos que inasistieron a dichos actos. Influencias claras del ejército del '30 en el pueblo...

Y el 25 de febrero es el día del Diario "Esquel", nuestro segundo periódico (el primero data de 1924 y era "El Libre del Sur"); eran semanarios y sólo el "Esquel" se convirtió en diario en 1945 (el mismo año en que llegó el ferrocarril y comenzó la enseñanza secundaria en Esquel), cuando su director propietario (y lo fue por muchos años) era Luis Feldman Josin, inspirador también de la creación del Instituto de Enseñanza Secundaria y de su transformación en Escuela Normal.

El "Esquel" nace entonces el 25 de febrero de 1925, de la mano de los hermanos Morelli en cuyas páginas se destacó fuertemente Angel Vicente Moré, defensor de indígenas. El otro, colega y competidor, había sido fundado por Hugo Roggero, médico y militar italiano. Dos corrientes de ideas dentro de los inmigrantes italianos en la prensa local. En los años '30 el de Roggero manifestó sus simpatías por Uriburu (y Mussolini) y el de Morelli por el presidente Justo; cuando fue dirigido por Feldman Josin fue fuertemente antiperonista y luego pro Revolución Libertadora y después semidesarrollista y hasta simpatizante de Onganía.

Y no casualmente en sus Bodas de Plata, el 25 de febrero de 1950, entonces declarado "Año del Libertador" por el presidente Perón, festejando el natalicio de San Martín, el natalicio del diario que antes era periódico y el natalicio de las comunicaciones telegráficas, Feldman Josin inaugura el tema del acto fundacional ese día de 1906, alrededor del cual se habría organizado la ciudad.

Es interesante recorrer los diarios y periódicos de nuestra hemeroteca Municipal: antes de 1950 no hay referencias a dicha fecha celebratoria. ¿Qué se conmemoraba en Esquel? Además de las fiestas "mayas" y "julias" se celebraban el 28 de Julio, especialmente por los galeses y en la Capilla Seion pero también por las autoridades; el 18 de setiembre junto con la colectividad chilena por su Independencia y una fecha que reunía a todos: el 25 de Noviembre, por la llegada de los Rifleros y Fontana al Valle 16 de Octubre. Prueba de ello, entre otros testimonios, el monolito de la intresección de Fontana y Ameghino, inaugurado el 25 de noviembre de 1935 a los 50 años del arribo de dicha expedición estatal.

El monolito lo construyó Ervedo Rossi, pequeño industrial italiano con muchos trabajos en su haber y muchos hijos en su casa. Era concejal, hizo el monolito y no cobró; para colmo, cuando recuperó una o algunas bolsas de cemento utilizado en la obra, en la municipalidad lo denunciaron...

Yo propongo que siga siendo el 25 de febrero (para no hacer cambios institucionales, turísticos, etc) ya que fue en el verano de 1870 (y no tenemos precisión del día) en que un indígena le dijo a Musters: "esto se lama Eskel-kaike"; tenemos un representante de nuestros pueblos originarios; el nombre que es de origen indígena, la fecha posible y el lugar, la primera mención, y de paso, un representante fiel del Imperio, que nunca termina de irse....

La fotografía pertenece al 25 de noviembre de 1835...
Archivo Histórico Municipal
Inauguración del monolito recordatorio de la llegada de Fontana al Valle

Jorge Oriola
Historiador
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Se hace en Esquel el próximo encuentro de la UAC

La Unión de Asambleas Ciudadanas convoca a personas, grupos y organizaciones que luchan contra el saqueo y la contaminación a su XII Encuentro que se realizará en Esquel, Chubut, el 26, 27 y 28 de marzo, en coincidencia con un nuevo aniversario del histórico Plebiscito realizado en esta ciudad patagónica en el mismo mes pero del año 2003 y que paralizó el emprendimiento de minería impulsado por el poder político junto a una multinacional.

info@noalamina.org
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Poema acerca de la guerra de Malvinas "Juan López y Juan Ward"

JUAN LÓPEZ Y JUAN WARD
Jorge Luis Borges.
Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en diversos países,
cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias,
de un pasado sin duda heroico, de
agravios, de una mitología peculiar, de próceres
de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.
Esa arbitraría división era favorable a las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río
inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown.
Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido
revelado en un aula de la calle Viamonte.
Hubieran ido amigos, pero se vieron una sola vez,
cara a cara, en unas islas demasiado famosas,
y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

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Enérgico repudio hacia los Midachi por sus expresiones

Por Sergio Sepiurka *

en Puerta E

Deseamos expresar enérgicamente nuestro repudio ante los agravios proferidos contra el Intendente Municipal de Esquel Rafael Williams por uno de los integrantes del Trío Midachi, durante una presentación pública que tuvo lugar hace una semana en Trevelin y cuyos detalles se han podido conocer mejor durante las últimas horas.

Nos sumamos de este modo al rechazo silencioso con que los sorprendidos espectadores reflejaron la pésima impresión causada por dichos agravios que, llamativamente, no han merecido hasta el momento ninguna disculpa pública de los organizadores y auspiciantes, el Gobierno de la Provincia del Chubut y la Municipalidad de Trevelin.

Algunos integrantes del popular Trío se dicen amigos del Gobernador Mario Das Neves y del Diputado Provincial Rubén Fernández, quienes apoyan su contratación en forma regular y generosa desde el inicio de sus mandatos. Porque, además de entretener, actúan además como bufones de un poder que se nutre en las fuentes más genuinas de la grosería política.

* Presidente del Bloque de Concejales de la UCR de Esquel
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MARÍA ELENA WALSH CUMPLIÓ 80 AÑOS

CONQUISTÓ CON SUS VERSOS Y CANCIONES
A NIÑOS Y ADULTOS
DE VARIAS GENERACIONES.


La poetisa, una figura esencial de la cultura local, cumplio 80 años.
La autora, cantante, traductora, compositora y guionista nació un 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires, con un padre descendiente de ingleses e irlandeses y una madre hija de criollos y gaditanos.


De su pluma nacieron personajes entrañables, entre los que se destaca Manuelita la tortuga, llevada al cine en dibujos animados con gran éxito. Y sus versos trascendieron fronteras en las voces de Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat, entre otros.

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Publicó en 1947 Otoño imperdonable, su primer libro de poemas para adultos.
En 1951 otro libro de poemas, Baladas con Ángel..
En 1960, Tutú Marambá.
En 1962 estrenó en el teatro Canciones para mirar
En 1963 Doña Disparate y Bambuco.

A lo largo de esa década llegarían muchos otros libros como El reino del revés, Zoo Loco, Dailan Kifki, Cuentopos de Gulubú y Versos tradicionales para cebollitas. Su producción infantil posterior abarca entre otros Chaucha y Palito, Pocopán y el más reciente Hotel Pioho's Palace.
"Serenata para la tierra de uno", "Oración a la justicia" o "Como la cigarra" se convirtieron en himnos populares y fueron adoptadas por diferentes grupos para expresar sus reclamos.
En 1979 con "Desventuras en el País- Jardín-de-Infantes", un ejemplo de resistencia frente a la censura militar.
En tanto, en "La pena de muerte" en 1991, durante el gobierno de Carlos Menem, manifestó su resuelta postura opositora a la iniciativa. También se haría tiempo para defender a la letra emblemática del idioma español, en su ingenioso artículo "La eñe también es gente".
En 2008 publicó "Fantasmas en el parque", entre la novela y la autobiografía, siguiendo los vaivenes del recuerdo.
Afirma la propia autora, "hay demasiado mundo mudo. Procuremos, en fin, no callar tanto, que trae desgracia". En definitiva, no amainar la rebeldía y seguir cantando, como la cigarra.


Extractos de una nota en Critica
Más información: http://www.criticadigital.com/
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A propósito de Borges video 6

Una mitología ensangrentada

que ahora es el ayer. La sabia historia
de las aulas no es menos ilusoria
que esa mitología de la nada.
El pasado es arcilla que el presente
labra a su antojo. Interminablemente.
En el cristianismo, el tiempo es la manera de ser del mundo. La condición de la criatura es esencialmente temporal, no así Dios. El tiempo es la manera que las criaturas tienen de verse a sí mismas pero no es el modo en que Dios las ve. Él no contempla a las criaturas temporalmente. El presente indivisible es la manera como Dios conoce el mundo y por tanto —en buena teología— es el único punto de vista radical. La eternidad de Dios no es una distensión temporal ("una sucesión temporal infinita", como diría Wittgenstein); es la posesión simultánea de pasado, presente y futuro al mismo tiempo.14 El punto de vista de Dios es un eterno aleph: ahí está todo, simultáneo, sin confusión. En consecuencia, lo verdaderamente real, lo relevante, no es nuestra consideración temporal del mundo, sino la visión de Dios en presente.
El mundo cristiano puede entenderse como una especie de obra de teatro, donde los hombres representamos ante Dios un papel. Somos actores escenificando un drama o una comedia; suponemos que la división en actos es absolutamente real; creemos que estamos improvisando y pocas veces entendemos la trama, incluso pensamos a veces que no hay tal, como los actores de Ionesco. Pero el Espectador Supremo ve la pieza como un todo. Él conoce todos los actos, todas las escenas, cada uno de los parlamentos. Para Dios el desenlace está en el primer (y único) acto.
Borges intuye esto a través de una experiencia estética, el llamado "presentismo": sólo existe el instante presente.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro Cielo no esperes, ni otro Infierno. [14]
El tiempo se homogeniza. [15] Si únicamente existe el instante no hay distensión, no hay ayer ni mañana, sino ahora. El nunc campea. Estamos cerca del Aleph. El presentismo cristiano y el presentismo de Borges no son tan distantes como parece. Escribe san Agustín es cierto que en cualquier parte que tengan ser, estén o existan, las cosas que de cualquier modo son, están o existen, no están allí ni existen sino presentes. [16]
Borges afirma por su parte:
El tiempo, si podemos intuir esa identidad, es una delusión: la indiferencia e inseparabilidad de un momento de su aparente ayer y otro de su aparente hoy, bastan para desintegrarlo. [17]
La diferencia entre Borges y el cristianismo radica en que para este último sí existe una vista suprema que contempla hoy el mundo. Existe un espectador que al mismo tiempo mantiene a los actores en escena, sostiene la tramoya y escribe el guión. El mundo es una ficción con sentido, no teatro absurdo, con la salvedad de que este Empresario-Autor-Productor se da el lujo de hacer creer a los actores que todo ocurre por partes. En cambio, Borges no encuentra un espectador garante de la representación. Se ha percatado de la función, y no existen espectadores eximidos de la temporalidad. La obra es instantánea al igual que en Macbeth, "una historia que cuenta un triste idiota, y no vuelve a oírsele jamás".
El presentismo de Borges adquiere tintes panteístas. Es un intento por hallar un espectador metafísico. El presentismo exige un yo, pero tal "yo" termina siendo un engendro kantiano, una especie de entidad etérea que posibilita toda representación temporal. Borges unifica en un presente homogéneo la ficción del fluir. Desafortunadamente esta unificación, bien lo sabe, sólo puede darse gracias aun suprasujeto, que tampoco se distingue por completo del mismo fluir
Somos el tiempo. Somos la famosa
parábola de Heráclito el Oscuro.
Somos el agua, no el diamante duro,
la que se pierde, no la que reposa.
Somos el río y somos aquel griego
que se mira en el río. Su reflejo
cambia en el agua del cambiante espejo,
en el cristal que cambia como el fuego.
Somos el vano río prefijado,
rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado.
Todo nos dijo adiós, todo se aleja.
La memoria no acuña su moneda.
Y sin embargo hay algo que se queda
y sin embargo hay algo que se queja. [18]
Borges está a punto de dar el paso al panteísmo, y en el último momento se retrae. Se impone la propia experiencia, la vida cotidiana y vulgar, la mundanidad coloquial donde Borges no es un yo absoluto. Borges es un Borges cuya esencia es el perpetuo cambio, un individuo en camino a la aniquilación. La voz le falla; titubea. Ser pura temporalidad le asusta, como a todos nosotros; ser ese presente irrompible le rebasa, como a todos nosotros. También Borges tiene miedo; el sentido común parece imponerse
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A propósito de Borges video 5

¿Fluye en el cielo el Rhin? ¿Hay una forma

universal del Rhin, un arquetipo,
que invulnerable a ese otro Rhin, el tiempo,
dura y perdura en un eterno Ahora
y es raíz de aquel Rhin, que en Alemania
sigue su curso mientras dicto el verso?
Asilo conjeturaron los platónicos;
así no lo aprobó Guillermo de Occam.
Dijo que Rhin (cuya etimología
es riñan o correr) no es otra cosa
que un arbitrario apodo que los hombres
dan a la fuga secular del agua ;
desde los hielos a la arena última.
Bien puede ser. Que lo decidan otros.
¿Seré apenas, repito, aquella serie
de blancos días y de negras noches
que amaron, que cantaron, que leyeron
y padecieron miedo y esperanza
o también habrá otro, el yo secreto
cuya ilusoria imagen, hoy borrada
he interrogado en el ansioso espejo?
Quizá del otro lado de la muerte
sabré si he sido una palabra o alguien. [9]
Reitero que dichas afirmaciones admiten pluralidad de lecturas. Por ejemplo una puramente retórica, según la cual se trataría de una salida ingeniosa, como ya señalábamos antes. Yo opto, sin embargo, por una lectura más seria, que encuentra en Borges rastros de platonismo.
Platón afirmó en el Teeteto que el mundo es metáfora, mimesis, imitación de lo real. Lo verdadero, lo "realmente real" —encantadora reduplicación en lengua griega— son las ideas. El mundo visible es un espejismo. Nuestro entorno es un pálido e imperfecto reflejo de la auténtica realidad: apostamos equivocadamente por la materia, pues lo auténtico es el cielo empíreo. La realidad es intangible; somos presas de la ilusión. La suerte del alma es dramática: cabalga entre estos dos mundos. En estricto sentido pertenece al otro —al de las ideas— pero su condición es la de un reo. La materia la aherroja con la cárcel del cuerpo, pero también con los grilletes de las falsas opiniones y el cepo de los engaños. El mundo material aprisiona con cadenas de realidad alucinada.
El cristianismo entiende perfectamente a Platón. Para el cristiano, la criatura es precisamente eso, un ser cuya esencia es el no ser, o mejor dicho, cuya esencia es el ser recibido. Sólo Dios es por sí mismo; la naturaleza no es por derecho propio (y el hombre junto con ella, por lo que el cristianismo es más radical que Platón). Todo su ser depende del anclaje en Dios. La condición criatural es indigente, la existencia misma es prestada. [10] Si Dios dejase de pensar un instante en las criaturas, el mundo se aniquilaría. Por eso, el cristiano lucha continuamente para no otorgar al mundo un estatuto propio en detrimento de Dios. La creación es terriblemente engañosa. La grandeza del mundo consiste sólo en remitirnos a Dios. Cierto aristotelismo cristiano ha insistido excesivamente en la consistencia del mundo haciendo popular entre no pocos católicos la equivocada idea de que el mundo es algo sólido, una realidad cuya esencia no es el desvanecerse. No es casualidad que Aristóteles haya sido visto con tanta prevención por los agustinianos del medievo, ni tampoco es casualidad que la poesía mística haya utilizado metáforas verdaderamente fuertes para negar el mundo. El cristianismo se percató del riesgo que entrañaba la doctrina aristotélica, doctrina devota de la realidad última del mundo. Frente a esta absolutización del mundo, los teólogos medievales (incluido el mismo Tomás de Aquino) se dieron a la tarea de minimizar el aristotelismo, desbastando la consistencia de las substancias aristotélicas a fuerza de incorporarles un ser participado.
En honor a la verdad, es san Agustín quien desmantela el mundo apelando precisamente a su condición temporal. En los conocidos capítulos de Las confesiones, pasajes recurrentes en la obra de Borges, Agustín de Hipona reduce el tiempo y los sucesos prácticamente a la nada. El pasado no es, el futuro todavía no existe y el presente es un continuo deshacerse, de suerte que "el ahora" ya es pasado: no se ha terminado de enunciar cuando ya ha dejado de ser. San Agustín desarticula la soberbia ontológica del mundo. Si el mundo es fluir, si es tiempo, entonces no es algo, sino puro dejar de ser (un capítulo más de la discusión entre Heráclito y Parménides):
Pero aquellos dos tiempos que he nombrado, pasado y futuro, ¿de qué modo son o existen, si el pasado ya no es, y el futuro no existe todavía? Y en cuanto al tiempo presente, es cierto que si siempre fuera presente y no se mudara ni se fuera a ser pasado, ya no sería tiempo, sino eternidad. Luego si el tiempo presente, para que sea tiempo, es preciso que deje de ser presente y se convierta en pasado ¿cómo decimos que el presente existe y tiene ser, supuesto que su ser estriba en que dejará de ser, pues no podemos decir con verdad que el presente es tiempo, sino en cuanto camina a dejar de ser? [11]
El poema "Todos los ayeres, un sueño" [12] puede leerse cómo exquisito comentario del pasaje agustiniano.

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A propósito de Borges video 4

El rechazo a la Trinidad, atestiguado por La historia de la eternidad, [4] está basado en una discusión sobre las procesiones trinitarias, muy a pesar del aparente desenfado con que Borges se refiere a las hipóstasis. No es éste el lugar para exponer la doctrina agustiniana de las procesiones; soslayo la argumentación. Lo llamativo es que Borges, sin ser cristiano, se aboque a una discusión que incluso a más de algún intelectual católico resultaría especializada. Únicamente destacaré algunos detalles del razonamiento borgeano al concebir la temporalidad.

El punto medular de la cuestión trinitaria y uno de los fundamentos del ateísmo borgeano es la tendencia a concebir la Trinidad en términos temporales. Borges se refiere a la Trinidad en términos de un colegio perfecto, un colegio de tres personas en absoluto acuerdo, pero al fin y al cabo, colegialidad. Borges incrusta la Trinidad en la temporalidad: la divinidad se mundaniza y diluye. Al hacerlo abandona de raíz el cristianismo y la posibilidad de una inmortalidad feliz. ¿Qué otra religión puede ofrecerle un paraíso atemporal, perpetuo presente, donde la memoria (que capta el fluir del tiempo) sea superflua? Con toda razón Borges se aterra ante la posibilidad de una inmortalidad —una intemporalidad— sin Dios. Ahora está solo con su alma y tendrá que deshacerse de ella.
Esta negación de la Trinidad entendida en términos temporales, lo aleja no sólo del cristianismo, sino incluso del teísmo. Su rechazo de Dios es semejante a su rechazo de la Trinidad. No considera que Dios pueda liberarse de la temporalidad. En Borges no hay espacio para Dios: un dios temporal es un dios que no es dios.
Presenciamos la lucha de Borges contra su atavismo. Se ha librado con relativa facilidad de Dios (que sólo acechará de cuando en cuando en forma de panteísmo), pero no logra desembarazarse con igual facilidad de la inmortalidad. En este marco cabe discutir el sentido de Everness.[5] Borges no se entrega mansamente a la muerte, se resiste a la aniquilación del yo a costa de adoptar rasgos panteístas. Adviértase cómo el origen de la desesperación es la memoria conservada misteriosamente en la mente de Dios o en el Arcano del universo:

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
Y cifra en su profética memoria
Las lunas que serán y las que han sido.
Ya todo está. Los miles de reflejos
Que entre los dos crepúsculos del día
Tu rostro fue dejando en los espejos
Y los que irá dejando todavía.
Y todo es una parte del diverso
Cristal de esa memoria, el universo;
No tienen fin sus arduos corredores
Y las puertas se cierran a tu paso;
Sólo del otro lado del ocaso
Verás los Arquetipos y Esplendores.
El ansia (y horror) de muerte e inmortalidad adquiere en Ewigkeit [7] tonalidades patéticas; todo perece, la memoria sobrevive.
Torne en mi boca el verso castellano
A decir lo que siempre está diciendo
Desde el latín de Séneca: el horrendo
Dictamen de que todo es del gusano.
Torne a cantar la pálida ceniza,
Los fastos de la muerte y la victoria
De esa reina retórica que pisa
Los estandartes de la vanagloria.
No así. Lo que mi barro ha bendecido
No lo voy a negar como un cobarde.
Sé que una cosa no hay. Es el olvido;
Sé que en la eternidad perdura y arde
Lo mucho y lo precioso que he perdido:
Esa fragua, esa luna y esa tarde.
La lucha de Borges contra Dios ha sido excesivamente espiritual, no crítica a la usanza de catecismo estalinista sino rebelión al estilo de heresiarca antiguo. Ha puesto en juego demasiadas vivencias espirituales, demasiados argumentos teológicos para combatir a Dios; él mismo se ha cerrado la posibilidad de refugiarse en un cómodo materialismo. Borges no es Epicuro; el escritor argentino no llega a desentenderse de los dioses como sí lo consigue el filósofo del jardín. Tal parecería que Borges ha tenido experiencias estéticas (¿místicas?) de tal envergadura en su lucha contra el cristianismo que a pesar de haber matado a Dios, no logra exterminar la inmortalidad. Se genera una lucha contra ella en su forma de perdurabilidad en la memoria.
Lo esencial de la vida fenecida
—la trémula esperanza,
el milagro implacable del dolor y el asombro del goce—
siempre perdurará.
Ciegamente reclama duración el alma arbitraria
cuando la tiene asegurada en vidas ajenas,
cuando tú mismo eres el espejo y la réplica
de quienes no alcanzaron tu tiempo
y otros serán (y son) tu inmortalidad en la tierra.
El tiempo presente y la aniquilación del mundo
En su lucha por escapar de la inmortalidad, de la memoria y de la temporalidad, Borges vuelve a echar mano de armas cristianas, o si se prefiere, de armas platónico-cristianas.
El autor de El Aleph gusta de afirmar que la filosofía es ficción.  Todo en el mundo es metáfora, una idea, una palabra pronunciada por otro
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