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Odontología y enfermedades infecciosas

Los dentistas detectan y tratan diversas enfermedades.
Óscar Toralla atiende la salud bucal de personas con VIH-sida
Una buena higiene bucal evita focos de infección que a largo plazo provocarían la pérdida de piezas dentales y la buena estética del rostro.
Además, al igual que los ojos, la salud de la boca refleja el estado general del organismo.
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Para papis y mamis

SolohijosNews 100
La resilencia o la capacidad de ser fuerte
Desafortunadamente, algunos de nosotros estamos acostumbrados a oír las quejas gratuitas de nuestros hijos.
Con frecuencia, todo les supone demasiado esfuerzo, todo les parece una contrariedad; necesitan de nuestra ayuda para solucionar sus pequeños o grandes problemas, parece que carecen de fortaleza, de capacidad de superación, de creatividad ante los contratiempos.
Sus quejas nos irritan, pero sobretodo, nos asustan y preocupan pues… si nuestro hijo se derrumba porque ha perdido su equipo de fútbol o porque hoy no le dejamos comer la pizza que le apetece con sus amigos… ¿qué pasará ante una situación realmente desesperada? ¿Cómo reaccionará antes las verdaderas adversidades que le reserva la vida?

La capacidad de afrontar y superar los problemas y construir sobre ellos se puede desarrollar. Esta habilidad se denomina “resilencia” y los padres podemos hacer mucho para que nuestros hijos la fortalezcan en su interior.
No hay que esperar a que se presenten grandes desgracias para desarrollar esta actitud. De hecho, hay que hacer todo lo contrario: aprovechar el día a día, las pequeñas frustraciones de la vida para que nuestros hijos aprendan de sus errores, para que desarrollen una actitud de seguridad y entereza, para que busquen soluciones positivas que les permitan creer en ellos mismos.
¿Hijos fuertes...por dentro?

¿Cómo se consigue esto?
Óscar A. Matías, orientador de familias y jóvenes, nos anima a reflexionar en su artículo, La resilencia o la capacidad de ser fuerte , en la necesidad de contemplar la educación resilente en nuestros hijos.
Puedes leer también este artículo en la dirección: http://www.solohijos.com/newsletter/news.php?num=100_1

Tu objetivo como padre debe ser el de enseñar a tu hijo a tomar el control de su vida y a enfrentarse a las dificultados con las mejores herramientas posibles.
Para ello, para hacer personas fuertes, comprometidas y valientes, hay un consejo, quizás un poco etéreo, pero muy eficaz en su simplicidad:

Consigue que tu hijo se sienta querido.
Parece muy elemental y sencillo pero no lo es.
Querer a los hijos no siempre implica que ellos se sepan y sientan amados.
Los castigos, las amenazas, los chantajes, la falta de coherencia de los padres y entre los padres, la incomunicación, las luchas de poder, la falta de valores, de respeto hacia los hijos… impiden que se sientan amados, literalmente.

Sentirse querido implica sentirse seguro.
Y este es el más poderoso ingrediente para que las personas sean capaces de enfrentarse a los problemas con fortaleza.
Puede parecer una teoría muy reduccionista pero, si has de recordar algún consejo, nosotros queremos que sea éste.

Si quieres leer más consejos prácticos sobre este tema, te aconsejamos leas las pautas educativas que encontrarás en la página de
Enlaces de interés.
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Cómo proteger a los niños



La mayoría de los padres no acostumbramos a tomar siquiera las precauciones más elementales para evitar accidentes a nuestros hijos.
Esos accidentes son una de las principales causas de mortalidad infantil, así como de que haya tantos niños lisiados.
Nueve de cada diez de esos accidentes son perfectamente evitables. Hay que usar el sentido común, lo cual no es simple pues ya sabemos que es el menos común de los sentidos.
Pinturas para juguetes con contenido de plomo, telas sumamente inflamables para sus ropas, y algunos miles de elementos más que atentan contra la seguridad de nuestros hijos.
Toda lesión que recibe un niño no es más que el último eslabón de una cadena que se debió interrumpir a tiempo. Si no suprimimos el peligro o no enseñamos al niño a evitarlo, en realidad somos nosotros los que estamos provocando el accidente.
Fundamentalmente, la mejor prevención es la vigilancia cuidadosa y contínua.
Una criatura no debe dejarse nunca sola en un lugar en el que pueda caerse. La vigilancia no debe interrumpirse siquiera unos segundos porque basta ese tiempo para el niño se caiga, se ahogue, se electrocute, se asfixie, se corte, se pinche.
Lleva un segundo introducirse un objeto pequeño en la boca y tragárselo. Lleva un segundo soltar la mano de un niño que esté aprendiendo a caminar para que se caiga y se golpee. Lleva un segundo que el niño que está al borde de una piscina caiga en ella.
El lugar de mayor riesgo es la propia casa y, dentro de ella, la cocina. A gas o eléctricos, los dispositivos para cocer los alimentos son atractivos y peligrosos para los niños.
Los mangos de sartenes y ollas colocados hacia afuera, los recipientes de residuos, los productos de limpieza, y todo lo que usted está imaginando mientras lee esto son elementos que pueden agredir seriamente o matar a su amado hijo.
Por supuesto, está lo que usted suele llamar "fatalidad", pero si usted pone su amoroso cuidado en su niño es probable que el factor de riesgo se haga mucho más pequeño.
Fije límites a su hijo, elogie lo que hace bien y hágale notar lo que hace mal. Y poco a poco enséñele a cuidarse por sí mismo.
Los niños pueden ser protegidos y pueden aprender a protegerse en el futuro cuando no esté usted cerca para velar por ellos.
Observe a su hijo un par de minutos. Vale la pena estar atento para asegurarle el mejor cuidado posible, ¿verdad?

Fotografía: Southeast Missouri Hospital
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Dientileche, el País de los Niños